La nueva operación de Mas: ganar tiempo y anular a ERC

El President propone una lista sin partidos como condición para convocar unas elecciones inminentes, sabiendo que los republicanos no pueden aceptarla

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El President Artur Mas no ha jugado a rugby, a diferencia del que fue su amigo, Jordi Pujol Ferrusola, que llegó a ser el capitán del equipo del Barcelona y que fue campeón de la Copa del Rey.

Pero lo practica desde su cargo en la Generalitat. Sigue ganando tiempo y, como aquel jugador que patea el balón ovalado, Mas se ha convertido ya en un especialista en la materia.

Un alto cargo de la Generalitat, con un rostro serio y preocupado, clamaba al finalizar el acto de este martes del President Mas: “Todo esto necesito madurarlo, hay que digerirlo con cierta tranquilidad”.

Junqueras, traspuesto

Y esa digestión, cuando se produzca, calmará los ánimos y servirá para asimilar que la propuesta de Mas puede servir, en realidad, para su principal objetivo: esperar alguna reacción del Gobierno central de Mariano Rajoy, y anular a su rival directo: el presidente de Esquerra Republicana, Oriol Junqueras, que no aplaudió en ningún momento y que salió del auditorio del Fòrum de Barcelona con cara de pocos amigos, porque sabe que a partir de ahora la presión que recibirá, por parte de una parte del mundo soberanista y de los portavoces oficiales y oficiosos del President, será enorme.

La oferta de Mas dejó encantados a los ya convencidos, a las presidentas de la ANC, y de Òmnium Cultural, Carme Forcadell, y Muriel Casals. También a los miembros del Consejo Asesor de la Transición Nacional, y a los numerosos intelectuales orgánicos que ya se ven en esa lista “de país” para alcanzar la independencia de Cataluña.

¿Gobernar hasta 2016?

Mas, sin embargo, es consciente de la enorme dificultad de que su oferta pueda prosperar. Lo sabe, y admite también que si no hay lista unitaria, con unas condiciones muy complicadas para Esquerra, él seguirá gobernando hasta 2016, y podrá ver qué pasa en las elecciones generales de 2015.

Lo que ocurre es que con su oferta reanima al movimiento soberanista, aunque sepa que difícilmente le podrá dar satisfacción.

El President reclamó que se configue una lista sin partidos, con personas de la sociedad civil , “profesionales en materias clave” para construir el Estado de Cataluña, trufada de candidatos de partidos. Todos ellos deberían aceptar no repetir en unos nuevos comicios. El mandato sería sólo de un año y medio, con la idea de comunicar al Gobierno central y a Bruselas el propósito de constituir el Estado de Cataluña.

Un plan barroco

Posteriormente, como apuntó Mas, los partidos se podrían presentar de nuevo, en una legislatura que ya sería de carácter constituyente, con la elaboración de una Constitución catalana. Después, se convocaría un referéndum, para ratificar el estado catalán. Un embrollo legal y político de difícil digestión, realmente.

Justo en los próximos meses, antes de las elecciones municipales de mayo de 2015, se celebrarían esas elecciones al Parlament con carácter plebiscitario y una sola lista, por parte de los soberanistas. La pregunta, esta vez, no admitiría dudas: «¿Quiere que Cataluña sea un estado independiente?», aseguró Mas.

La financiación de la campaña se realizaría al margen de los partidos, a través de una asociación y una fundación creada sólo para ello. Y las subvenciones públicas que tocarían se distribuirían luego entre los partidos que participen en la lista.

La ideología, «de lado»

Como acto “de generosidad”, Mas se mostró dispuesto a renunciar a encabezar la lista, y ofreció cerrarla, reclamando a Esquerra, en una alusión directa que “deje de lado la ideología, y ponga por delante el ideal”.

Los dirigentes de Esquerra, sin embargo, no eluden estos días que CiU ha vetado muchos nombres importantes en la comisión de investigación en el Parlament sobre el caso Pujol. Y no quieren «dejar de lado» la ideología.

Un programa, por tanto, muy difícil de aceptar para Esquerra, que en los últimos meses aparece como la fuerza política ganadora en todas las encuestas. Esquerra, además, no confía en Artur Mas, y en los pasos que seguirá después de esas elecciones plebiscitarias.

El lazo al cuello a Junqueras

Mas se mostró escéptico sobre una posible oferta del Gobierno central, o sobre la posibilidad de que permitiera un referéndum acordado. Pero no quiso “cerrar la puerta”.

Lo que lanzó Mas este martes fue un enorme lazo al cuello de Oriol Junqueras. El President ha llegado donde quería, después de su éxito con el 9N burlando al Gobierno central.

Si no hay lista, no habrá elecciones, y si no hay lista ni elecciones plebiscitarias, el responsable será Junqueras. Mas podrá decir que hizo lo que pudo, a título personal, como insistió en el masivo acto.

Porque si Esquerra acepta, ¿qué pasará con los diputados y cargos convergentes que llenaron el auditorio del Fòrum, con la presencia también de algunos socialistas o ex socialistas –Toni Comín o Marina Geli– que aspiran ya a ocupar cargos, de la mano del President, aunque a través de ERC?

El problema de todos ellos es que, enfundados en sus trajes, clamaron en repetidas ocasiones: «In-de-pen-dèn-cia», interrumpiendo la intervención de Mas.

¿Saben lo que quieren?

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