Mas-Colell cifra el déficit fiscal en el coste de la sanidad y la educación catalanas

El Govern se acoge al método de cálculo que más le favorece con un agujero de 16.543 millones

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El concepto de las balanzas fiscales crea diferencias en el mundo académico. Es un ejercicio realizado entre expertos en Hacienda Pública, que explica una realidad, pero esa realidad, con todos sus matices, precisa de cálculos y suposiciones que los datos de las balanzas no ofrecen. Pero para la mayoría de la clase política catalana es la mejor arma para reclamar una mayor financiación de la administración pública catalana.

La inversión en una estación del AVE en Zaragoza, ¿dónde se imputa? ¿En Aragón, o al conjunto de España? Según la decisión que se tome, el déficit fiscal de Catalunya es mayor o menor.

En el primer caso, se trata del método de cálculo del flujo monetario. El conseller de Economia, Andreu Mas-Colell, en plena batalla autonómica por el objetivo de déficit de 2013, ha presentado las balanzas fiscales de 2010. Y, según ese método, el déficit fiscal catalán alcanzó los 16.543 millones de euros, el equivalente al 8,5% del PIB.

En sintonía con Esquerra

Se trata, como indicó Mas-Colell, de “todo el peso del estado del bienestar en Catalunya”. Esa es la cifra presupuestada en cada ejercicio para Sanidad, Educación y bienestar social. Una manera, por tanto, de dejar claro que “con una porción de ese déficit, Catalunya no debería acometer recortes”, una afirmación, la del conseller, en perfecta sintonía con lo que defiende Esquerra Republicana.

En el otro supuesto, con el cálculo del flujo carga-beneficio, el déficit alcanza los 11.258 millones de euros, el 5,8% del PIB. ¿Es mucho, es exagerado en cualquiera de los dos casos?

El Govern de CiU deja claro que el mejor método de cálculo es el del flujo monetario, porque “es el que mejor captura el impacto del estímulo del gasto de la Administración central sobre las economías receptoras y acaba siendo el más relevante en épocas de crisis económica y de tasas de paro elevadas”.

¿Qué compra un funcionario de Madrid?

Para Angel de la Fuente, investigador en el Instituto de Análisis Económico del CSIC, y que siempre ha cuestionado el propio concepto de balanzas fiscales, “lo más razonable es el método de carga-beneficio”. De la Fuente incide en el gasto, por ejemplo, de un funcionario de la administración central y su impacto en Madrid, que es uno de los argumentos que utilizan los partidarios del método del flujo monetario.

Ese funcionario gasta en Madrid, sí, pero De la Fuente se pregunta por el origen de lo que compra. El consumo que se haga en Madrid puede ser de productos hechos en Catalunya o cualquier otra comunidad. Por tanto, la complejidad para conocer todos los flujos económicos entre individuos es enorme.

De la Fuente añade que el problema es saber qué tipo de estado se desea, si más o menos redistributivo, y, en función de ello, analizar las figuras impositivas que gravan a los ciudadanos, como el IRPF.

Inversiones públicas

Esa interpretación sobre los desequilibrios autonómicos, destacando el hecho de que son los ciudadanos los que pagan impuestos y reciben servicios, no es la que defiende el Gobierno catalán, que incide en las inversiones de la administración central en los territorios.

Y las sucesivas balanzas fiscales, desde 1986 a 2010, con el método del flujo monetario, arrojan un resultado concreto: Catalunya aporta, “de media”, el 19,5% de los ingresos de la Administración central y de la Administración de la Seguridad Social.

Y recibe, “de media”, el 14% del gasto que hace la Administración central y la Administración de la Seguridad Social.

Ello comporta que en ese periodo Catalunya “haya sufrido, de media, un déficit fiscal anual del 8,1% del PIB catalán”.

«Hay que negociar»

Los datos de 2010 son similares a los de 2009. Mas-Colell no rehuyó la circunstancia concreta que vive en estos momentos la comunidad. “Catalunya es un contribuyente neto muy considerable a la Hacienda del Estado y eso debe tenerse en cuenta en los múltiples debates fiscales que tienen lugar en España en estos momentos», aseguró.

Y se mostró dispuesto a negociar. Entre ese supuesto 8,1% de déficit anual en los últimos 24 años y el 0%, en el caso de que Catalunya pudiera ser un estado independiente (tendría otros muchos gastos que ahora cubre el Estado español), “podemos negociar, situar el problema sobre la mesa y buscar cómo resolverlo”, según Mas-Colell.

En cualquier caso, y producto del proyecto político soberanista que lidera el President Artur Mas, el conseller aseguró que ésta vez Catalunya no liderará las negociaciones sobre el nuevo modelo de financiación autonómica. «Estaremos en todas las reuniones, pero no la lideraremos», afirmó.

Resultados neutralizados

En el otro caso, sin embargo, con el 5,8% de déficit fiscal, según el método carga-beneficio, ¿se debería reducir mucho? De la Fuente insiste en que ese método es más razonable. ¿Asumible para Catalunya? Depende de cada fuerza política y de su idea de lo que debe ser España.

El problema es que los datos que ha ofrecido el Govern se han calculado neutralizando los efectos de la crisis. El punto de partida es que exista un presupuesto equilibrado, cosa que no sucede, y que ha llevado a fuertes endeudamientos del sector público español para poder cubrir el déficit. En anteriores series, con el anterior Govern tripartito, se ofrecieron datos neutralizados y sin neutralizar.

Y, sin neutralizar, el déficit fiscal catalán es menor, porque el gasto de la Seguridad Social para pagar subsidios de paro y pensiones ha sido significativamente mayor. Para Mas-Colell, sin embargo, lo que vale es ese agujero de 16.543 millones.

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