Autoliv, Valeo, Inteva… año negro para la industria de la automoción en Cataluña

El anuncio del cierre de la fábrica de Autoliv se suma al de otros fabricantes de componentes y pone en la picota la política industrial del Govern

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

El anuncio de Autoliv de cerrar su fábrica de cinturones de seguridad de Granollers (Barcelona) ha encendido otra vez la luz roja en los despachos de la Generalitat, una luz roja todavía caliente por Valeo. El peso del sector de la automoción en la industria catalana es muy importante y el anuncio de cierre de empresas de componentes como las citadas llama la atención en un momento en el que los gobiernos hablan de recuperación.

Autoliv y Valeo no son los únicos casos –Inteva anunció a principios de año su próximo cierre– en un sector, el de la automoción, que aguanta ahora la respiración ante las posibles consecuencias del fraude de las emisiones de Volkswagen. Seat, filial del grupo VW, es la empresa del sector más importante de Cataluña y tras de sí sustenta en gran parte a la industria auxiliar.

Fabricar aquí no es rentable

Autoliv anunció el viernes a los sindicatos su intención de cerrar la fábrica de Granollers, en la que trabajan 290 personas. El cierre se podría producir a finales de 2016, ya que hasta entonces hay carga de trabajo, según CCOO y la UGT. El motivo del cierre es de competitividad: no pueden competir con productos fabricados en países del este u otros mercados, y tienen pérdidas en España, según ha explicado la empresa

La multinacional sueca fabrica los cinturones para varios modelos Seat, pero los contratos vencen el año que viene y los nuevos contratos se han adjudicado a fábricas de Autoliv en otros países, como en Turquía, han explicado fuentes sindicales.

Llueve sobre mojado

El cierre de Autoliv ha saltado justo antes de que Valeo y sus empleados empiecen, este martes, a negociar de nuevo el traslado de la sede de Martorelles (Barcelona) a Zaragoza. En este caso son 257 trabajadores los que podrían perder su puesto de trabajo, si bien la empresa les ofrece ir a trabajar a la capital aragonesa.

A principios de año, otra empresa auxiliar del automóvil, Inteva Products, también anunció el cierre de su única fábrica española, que se encuentra en Santa Maria de Palautordera. Allí trabajan 68 personas y su cierre está previsto para los próximos meses.

Además de en la automoción, en otros subsectores de la industria, Cataluña ha visto en los últimos meses como empresas como Solvay, Mondi o Fábrica Ibérica de Altavoces han cerrado o han anunciado recortes muy importantes de actividad y empleo.

Un conseller de vuelta

Ante esta situación, todas las miradas apuntan a un Govern que lleva casi tres meses en funciones. Algunas fuentes empresariales explican que el conseller de Empresa y Empleo, Felip Puig, está ya de salida y prácticamente ha abandonado la política industrial. Este fin de semana mostró algo de esa indiferencia hablando de Valeo: «El modelo de Valeo, desde una perspectiva industrial, no es lo que más nos gusta», dijo, y añadió resignado que no habían podido convencer a la empresa para que continúe en Cataluña.

El secretario de Empresa y Empleo, Pere Torres, ha admitido que es muy difícil que Valeo dé marcha atrás, pero ha explicado a Economía Digital los intentos del Govern para conseguirlo: «Hemos hablado de incentivos, si hay nuevas inversiones. Intentamos ir a Francia para reunirnos con la dirección de la multinacional, pero nos dijeron que nuestro único interlocutor era el director en España».

Sobre Autoliv, Torres advierte que «estamos en la primera fase» y que no renuncian a salvar, al menos, los puestos de trabajo y la actividad. «Nuestra intención es buscar la continuidad, hay muchas alternativas», como buscar fórmulas para ganar competitividad, la entrada de inversiones o, como se ha hecho en otros casos, que otra empresa compre la unidad productiva y la reconvierta, manteniendo el empleo.

Situación de «normalidad»

Pere Torres niega que el automóvil, y la industria catalana en general, viva una situación de crisis. «Ahora nos fijamos en estos casos porqué hay pocos, mientras hace unos años había muchos», rebate. Y tira de datos para demostrarlo: el número de expedientes de regulación de empleo (ERE) con despidos entre enero y agosto ha caído a la mitad, hasta los 92, con unos 2.000 trabajadores afectados.

Sin embargo, el secretario de Economía y Empleo admite que hay algunas empresas a las que ya no les resulta interesante estar en Cataluña: «Estamos ganando nuevas inversiones, pero es cierto que otras empresas más maduras quizá prefieren producir en otros países. Cada vez tienen más competencia y es normal que se concentren». Para Torres, estos movimientos se enmarcan en una situación de «normalidad» dentro de unos mercados globalizados.

Xavier Alegret

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp