El negocio de la resaca brilla sin regulación a la vista

La terapia para la resaca se populariza entre las clases altas de las grandes ciudades, presentándose como la solución mágica a los excesos de la noche

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Algunas personas se pasan la vida buscando la fuente de la eterna juventud, y otras tan se conforman con una solución mágica que les prive de una resaca irritante. Nadie sabe cómo convertirse en superhéroe, pero hay sistemas que al menos se asoman a lo imposible: vivir intensas noches de farra y dotarse de sobriedad e integridad por la mañana, como si nada hubiera pasado.

No se trata de remedios caseros o productos de supermercado que presuntamente borran el malestar propio de los cuerpos deshidratados por el alcohol y afligidos por las sustancias misteriosas de la noche. No se vende en Mercadona ni se encuentra en las farmacias; tampoco es un servicio al pueda acceder el grueso de la sociedad. Está reservado para unos cuantos.

En ciudades como Nueva York, Londres, Las Vegas o Dubái, empresas como NutriDrip, iV Bars Inc.The I.V. Doc hacen de la resaca un negocio millonario que goza de nula regulación, pese a las advertencias de los médicos y las dudas generales que presentan sus supuestos remedios para el histórico rompecabezas que supone «el día después» para la humanidad.

Son servicios personalizados en su mayoría, que se promocionan en la web pero también en listas de contactos de ricos, famosos y en general personajes de las élites que se recomiendan entre sí las mejores opciones para que las fiestas discurran sin límites y sin preocupación por la indisposición de la mañana. En el proceso, se dejan algún dinero en los tratamientos.

Terapias para la resaca, el boom entre los ricos

Conocidas como «banana bags», las bolsas de fluidos para terapias intravenosas, llenas de vitaminas y minerales, salen de los hospitales y llegan directamente a los hogares o habitaciones de hotel de los clientes del negocio de la resaca. Enfermeras preparadas para brindar atención intravenosa a personas deshidratadas se reparten el trabajo, que no para de aumentar.

Al menos ocho compañías ofrecen estos servicios; alguna incluso lo hace desde un autobús para eventos especiales, mientras otras también tienen centros para que los «pacientes» visiten. Infuse Wellness, por ejemplo, es una empresa estadounidense que tiene tres bares de intravenosas y una división llamada «Club de resaca«, para quienes necesitan atención a domicilio.

Una información de Bloomberg da cuenta de terapias de resaca en hoteles como el Ned de Londres, donde una «hidratación» cuesta 200 dólares, y un «detox» 365 dólares. The I.V. Doc, otra compañía, ofrece un tratamiento de 249 dólares para personas que «no pueden levantarse de la cama» con medicamentos como Zofran para las náuseas y Toradol para la cabeza.

Uno de los empresarios del sector dice que la mitad de las personas a las que trata probablemente consumieron cocaína o éxtasis, aunque el alcohol es el común denominador de las resacas a las que da «respuesta mágica». Algunas empresas no dan servicio a menores de edad o mayores de 75 años, y otras se rehúsan a tratar a pacientes con presión alta.

Los médicos tienen dudas. Por ejemplo, dicen que no está claro que Toradol sea mejor que una simple Advil para tratar el dolor de cabeza. Y aunque la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE UU (FDA) castigó a algunas de estas empresas por anunciar falsos tratamientos para enfermedades serias como el cáncer, no hace lo mismo con las terapias para la resaca.

De hecho, la FDA ni siquiera hace comentarios sobre esta industria en auge, y se limita a señalar que no tiene regulación en pie en este sentido. Así las cosas, quien pueda permitírselo solo debe forjar un par de contactos y dejar de estarse preocupando a media madrugada por el estado con el que afrontará la importante reunión laboral del día siguiente.

Alessandro Solís Lerici

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