Escabechina en la fotovoltaica española

La mitad de las empresas del sector han desaparecido con la crisis

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Los fabricantes de paneles solares en España han sido arrasados del mapa como si un huracán de grandes dimensiones hubiera devastado el país. El sector fotovoltaico ha perdido la mitad de sus empresas desde el inicio de la crisis. Incluso algunas de las grandes firmas ya han confesado que no atraviesan por un buen momento y que sufren tensiones de tesorería.

En las últimas semanas, la alicantina Eurener y la malagueña Isofotón han presentado concurso voluntario de acreedores, a las que también se unen otros grandes fabricantes como Siliken. Isofotón tiene un pasivo que asciende a 184 millones de euros. Ocupa, según la Unión Española Fotovoltaica (Unef), uno de los tres escalones que configuran el podio de este negocio, junto a BP Solar y Atersa, del grupo Elecnor.

La plantilla, ¿victima del concurso?

Isofotón, presidida por Ángel Luis Serrano, no ha conseguido mantener el tipo. La debilidad del mercado y la imposibilidad de refinanciar la deuda bancaria le han pasado factura, al igual que a muchas otras multinacionales. Para continuar con la actividad, ha decidido pasar la tijera por su personal. La firma ha presentado un expediente de regulación de empleo (ERE) que prevé 360 despidos en la planta de Málaga.

En cuanto a Eurener, la soga que tiene al cuello se debe, principalmente, a la deuda que mantiene con los proveedores y a la falta de crédito. La deuda financiera es mínima, según apuntan fuentes de la empresa. Por ello, la compañía, al contrario que Isofotón, espera salir de este proceso sin tener que reducir la plantilla ni realizar importantes ajustes.

Además, asegura que, pese a todo, han aumentado últimamente los pedidos. Eurener pasó de facturar 54 millones en 2010 a cerca de 36 millones un año más tarde. Esta caída no se ha podido compensar con los ingresos de ejercicios posteriores y, al final, la solución pasa por el concurso. El endeudamiento a corto y largo plazo roza los 18 millones de euros, según los últimos datos publicados en el Registro Mercantil.

Mal de muchos, consuelo de pocos

En 2008, la telaraña empresarial del sector fotovoltaico estaba tejida por 580 empresas y ahora esta cifra se ha reducido a cerca de 300. Según valora la Unef, algunas de las causas de esta situación es que en la época de bonanza, antes del crack económico, las compañías hicieron importantes inversiones en fábricas y se abrieron paso a nuevos mercados extranjeros. “Se han embarcado en grandes proyectos sin el empuje del mercado español y la competencia es muy dura”, explican fuentes de la patronal.

Sin embargo, esta hecatombe tampoco beneficia a las empresas españolas que resisten y que luchan para evitar bajar la persiana. “No nos beneficia que la competencia caiga porque los clientes que se ganan sólo son de forma temporal. El meollo está en abrir más mercados”, subrayan fuentes de Eurener.

Aranceles para los paneles de China

Esta semana, además de hacerse oficial la asfixia económica de importantes fabricantes, la Comisión Europea ha atizado un golpe al gobierno chino que podría beneficiar a los empresarios españoles. Bruselas ha impuesto un gravamen provisional del 11,8% a los paneles solares fabricados en China, por considerar que se venden por debajo del precio de coste, una práctica bautizada como dumping. Pero eso no es todo. La Comisión Europa insiste en que si China no reacciona a esta medida en dos meses, el recargo aumentará al 47,6% a partir de agosto.

Algunos fabricantes españoles han recibido de buen grado la iniciativa europea aunque aseguran que sólo es un parche y no una solución definitiva para el sector. “Es positivo en el sentido de que quienes compran producto chino por su bajo precio ahora pueden cambiar la tendencia de compra hacia un producto nacional de mayor calidad y con un coste muy similar. Es una ayuda al sector pero lo que se necesita es desarrollar e impulsar el negocio local”, explican fuentes de Eurener.

Un mercado cada vez más débil

Del mismo modo, la Unef subraya que un arancel a los productos chinos puede resultar una ventaja para la empresa española “siempre y cuando haya un mercado en España incipiente”, pero no es el caso. La patronal reclama que es necesario un mercado nacional fuerte, competitivo y sostenible que sea bueno para el cliente, que cree empleo y que genere riqueza.

Además, el mercado de autoconsumo en España es todavía muy reducido. “Intentamos que la situación del sector se esclarezca pero existe un bloqueo. Construir para uno mismo significa que no lo haga otra compañía y en el sector de la energía renovable hay una auténtica guerra de mercado”, afirma la Unef.

Con todo, una de las incipientes industrias y con mayor potencial en España, se está muriendo antes casi de nacer.

Economía Digital

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