Freixenet espera a Henkell para remontar las ventas

La compañía sigue estancada alrededor de los 530 millones de ingresos, pero multiplica por cuatro los beneficios hasta los 8,4 millones

Imagen de la sede de Freixenet en Sant Sadurní d’Anoia.

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Las ventas del líder del cava no despegan. Freixenet cerró el ejercicio 2016-2017 con unos ingresos de 535,1 millones de euros, apenas el 1,1% más que los 529 millones de euros del año anterior. La compañía catalana sigue con las ventas estancadas a la espera del aterrizaje de Henkell, que le proporcionará unos canales de distribución más potentes para expandirse internacionalmente.

La empresa multiplicó por cuatro los beneficios, de 2,39 millones a 8,4 millones de euros. La contención de costes impuesta por Enrique Hevia, presidente ejecutivo desde enero de 2017, ayudó a maquillar unas cuentas en las que también influyó la apuesta de la sociedad por las botellas más caras, y por tanto con mayor margen, frente a las baratas.

De este modo, Freixenet comercializó 172,3 millones de botellas de vino y cava. De estas, 144,1 millones de botellas se produjeron en España. Aun así, la mayoría sirvieron para la exportación: el negocio internacional supuso el 79,6% del volumen total de la compañía. Muy por encima de su máximo competidor, Codorníu, que oscila el 50%.

Freixenet espera aprovecharse de los canales de distribución de Henkell para disparar las ventas

Las botellas producidas en la Península Ibérica significaron unos ingresos de 343,6 millones de euros. El resto del pastel fue generado por las bodegas de la empresa en países como Estados Unidos, Australia, Francia, México y Chile, que fijaron las ventas en 191,5 millones de euros.

Pero en Freixenet se espera como agua de mayo la llegada de Henkell y los canales de distribución de su matriz, el gigante alemán dr. Oetker. Las conversaciones se prolongan desde hace dos años pero los conflictos entre las diferentes ramas de la familia y el convulso clima político en Cataluña dilataron la operación en más de una ocasión.

Ahora parece que es el momento. La transacción se cerrará este mismo invierno en un consejo de administración en el que los Hevia venderán su paquete del 29% al completo. Entre los Bonet (29%), la unanimidad se rompe por la postura de José Luis Bonet, copresidente de la compañía, que optaría por mantenerse junto a los Ferrer (42%) dentro de la empresa. Aun así, Henkell controlará el 51% suficiente para aplicar los planes de profesionalización, modernización y expansión que tiene en mente.

Pero el control efectivo no llegará hasta el mes de mayo, precisamente al cierre del ejercicio 2017-2018. Según explican fuentes del sector a Economía Digital, el incremento de las ventas internacionales mitigarán el impacto del boicot recibido tanto en Cataluña como en el resto de España por el clima político catalán.

Carles Huguet

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