La Guardia Civil investiga a los auditores del ibérico por complicidad

Los investigadores creen que las entidades de inspección y certificación podrían estar incumpliendo su trabajo al certificar jamones fraudulentos

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La Guardia Civil amplía las investigaciones por el extenso fraude en el jamón ibérico e indaga en las actuaciones de las entidades certificadoras e inspectoras que auditan el proceso de producción del jamón en España.

Las investigaciones también han puesto la lupa sobre las actividades de las sociedades de inspección y certificación que han validado las prácticas de las empresas productoras de jamón y sobre los ganaderos, según ha podido saber este diario por fuentes cercanas a la investigación.

Los inspectores del Seprona trabajan desde finales del año pasado en la investigación del mayor fraude de jamón ibérico detectado en España por parte de los cuerpos policiales. Las investigaciones, que se encuentran en fase avanzada, han incluido inspecciones en importantes distribuidores del ibérico, como Comapa y en tiendas Carrefour, tal como ha publicado este diario.

Pero ahora, la sospecha trasciende a los operadores de la comercialización. Son laxas las empresas que desarrollan las funciones de inspección y certificación? ¿Podrían participar en un fraude ideado por los industriales que pagan sus servicios?

¿Qué es una inspectora?

Los productores que elaboran productos cárnicos procedentes del cerdo ibérico están obligados a contratar los servicios de entidades inspectoras y certificadoras para que verifiquen que el producto cumple con las especificaciones reglamentadas y recogidas en su etiquetado.

El trabajo recae sobre empresas privadas pagadas por el propio fabricante y que, en la práctica, funcionan como entes colaboradores de la administración.

Con estas auditorías se intenta evitar, por ejemplo, que un productor venda como jamón ibérico de bellota una pieza procedente de un cerdo que ha sido cebado en una granja a base de pienso con costes de producción mucho más reducidos.

La acusación interna

La sospecha sobre la existencia de malas praxis en el funcionamiento de las entidades que deben inspeccionar a los productores del ibérico para evitar fraudes se vierte desde el propio sector. Una empresa dedicada a la certificación de productos alimentarios anunció recientemente que abandonaba el sector del ibérico por las prácticas cuestionables que ejecutan algunas empresas.

“¿Hay fraude en el sector? Sí. Basta ver que no paran de aparecer casos en prensa. ¿Las entidades de inspección son conniventes con el fraude? Queremos creer que en general no, pero conocemos casos que sí”, explicó en un comunicado público Matías Romero, director general de Acerta, una compañía que hasta ahora operaba en el sector del ibérico.

Una empresa que se retiró del sector denunció malas prácticas generalizadas

Romero aseguró que su empresa “ha constatado que alguna entidad de control desautorizada (suspendida de sus funciones) ha seguido atendiendo a sus clientes a través de organizaciones terceras y aprovechándose de vacíos legales, sin que la administración pública haya tomado medidas al respecto”.

La certificadora aseguró que “los frecuentes casos de fraude que aparecen en los medios ponen en duda la integridad de las entidades que operamos en el sector y afectan muy negativamente al prestigio de nuestras marcas, pagando justos por pecadores”.

Dos compañías de inspección del sector han sido suspendidas recientemente por irregularidades detectadas en su actuación. Certicalidad, una de las mayores operadoras del sector del ibérico, fue suspendida por ENAC, la entidad encargada de auditar el trabajo de las inspectoras y certificadoras.

La compañía Certibérico Charro, con sede en Salamanca y participada por el alcalde de Guijuelo, Francisco Julián Ramos (PP), también fue suspendida por razones que no han sido desveladas por ENAC.

 

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