Piqué defiende la independencia política del Cercle d’Economia y de su presidencia

El nuevo líder recuerda que uno de los puntos fuertes de la institución es “que no funciona como correa de transmisión de nadie”

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El presidente de Vueling y ex ministro de Industria y Asuntos Exteriores de los gobiernos de Aznar, Josep Piqué, es desde la tarde del martes el presidente del Cercle d’Economia. “Retomo una cosa que se me quedó muy corta”, ha asegurado el empresario catalán, que, a la vez, ha cerrado cualquier puerta para reprender una nueva aventura política. “He dedicado 14 años a la función pública, son más que suficientes”.

El inicio de la nueva etapa del histórico club de la burguesia catalana ha sido turbio en lo político. Precisamente por los antecedentes del nuevo presidente en el PP, el hecho de que su predecesor (Salvador Alemany) presida ahora el consejo asesor de economía de Artur Mas y por los intentos de los empresarios nacionalistas para conseguir a un dirigente que les fuera favorable durante la elección del candidato.

Pero en su primera comparecencia pública como presidente de facto, al lado de Alemany y pocas horas antes de la ‘votación’, Piqué ha defendido la independencia política de la institución y, a la vez, la suya propia. “El Cercle no funciona como correa de transmisión de nadie. Si esto ocurre algún día habrá perdido su esencia”. Asimismo, ha defendido que “si los ex presidentes, la junta y los socios han avalado mi candidatura y creen que puedo garantizar la independencia de la institución, es que lo puedo hacer”.

Consenso

Su principal escudo es precisamente la forma de elección y la toma de decisiones en el Cercle: por unanimidad de la junta. Así, ya de entrada ha podido tirar pelotas fuera ante las cuestiones más peliagudas que se ha encontrado encima de la mesa. Como la necesidad de posicionar a la institución ante el nuevo pacto fiscal que persigue el Govern de CiU, el tijeretazo al presupuesto de la Generalitat o las reformas estructurales que se piden a gritos en el país.

“No rehuiremos ningún debate que sea una inquietud social”, ha asegurado el presidente. Aunque también ha contextualizado esta posición en un claro aviso del futuro más inmediato: “No siempre es posible llegar a consensos en determinadas situaciones”.

Alemany, quien también ha sido actor activo en este fuego cruzado entre empresarios, le ha echado un cable: “Que el Cercle tenga una posición independiente no quiere decir que los miembros de la junta sean mentalmente apolíticos. Representan a la élite de la sociedad y tienen criterios y posicionamientos”. Para él, la “excelencia” de la institución también reside en “encontrar una posición común” entre todos. En cuanto a la discusión para designar a Piqué, el directivo de Abertis ha tachado de “muy sano” el debate surgido.

Foco internacional

Piqué ha señalado cuáles serán las líneas maestras de su mandato, que beben de la tradición marca de la casa. De hecho, para detallar los pasos ha seguir ha rememorado los tres objetivos fundacionales señalados por Jaume Vicens Vives en 1958: defender el mercado libre y la economía social, ser europeísta y ejercer un papel de líder en el proceso de democratización de España.

En pleno siglo XXI, y según el nuevo presidente, esto significa pensar en cuál tiene que ser el mejor funcionamiento de las instituciones económicas y políticas ante los cinco millones de parados; ser consciente de los cambios vertiginosos en el escenario global y de las “muchas cosas que pasan en el este y oeste de la UE” y, de nuevo, participar en los debates sociales de actualidad. Todo ello, “siendo conscientes de la realidad poliédrica y de los temas extremadamente serios que se están discutiendo, sin frivolidades”.

De entrada, y como una muestra más de lo mucho que pesa la tradición en la calle Provença, Piqué ha informado de que no terminará los 3 años de mandato marcados por los estatutos del Cercle de Economía. Quiere que se le descuenten los cinco meses que ocupó el cargo en 1996, justo antes de desempeñar la cartera de Industria en el primer Gobierno de José Maria Aznar.

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