Lo que se juega Garamendi el 23N en CEOE: las actas recogen un sueldo de 350.000 euros

Garamendi allana su reelección como presidente de CEOE tras la renuncia de Gerardo Pérez (Faconauto), que desiste muy enfadado tras no lograr el apoyo explícito de grandes asociaciones como Asaja

El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi.

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Antonio Garamendi tiene un poco más cerca su reelección como presidente de CEOE el próximo 23 de noviembre. La renuncia ayer, muy enfadado con los suyos, de Gerardo Pérez (Faconauto), colocan al dirigente vasco como único candidato por ahora a menos de un mes de los comicios patronales. Además de consolidar su proyecto, Garamendi se juega también una jugosa retribución. En concreto, la Junta Directiva de CEOE mantiene aprobada una remuneración anual de 350.000 euros para el puesto de presidente de la confederación.

El sueldo de Garamendi

El 21 de noviembre de 2018 Antonio Garamendi fue elegido presidente de CEOE para los siguientes cuatro años. En aquel momento, el puesto de presidente no contaba con ningún tipo de retribución, ya que el directivo que ocupaba el cargo era Joan Rosell, un empresario que contaba con medios propios y que, por lo tanto, cumplía con sus funciones al frente de la patronal sin percibir salario alguno. Tampoco su antecesor, el controvertido Gerardo Díaz Ferrán contó con remuneración. De hecho, según explican históricos miembros de la patronal, habría que remontarse a José María Cuevas, que no era empresario, para encontrar a un presidente remunerado.

Desde su llegada a la presidencia, Garamendi inició aceleradas negociaciones con los miembros de su junta directiva hasta lograr la aprobación de su no desdeñable remuneración de 350.000 euros. El líder vasco confió esta labor a uno de sus más fieles aliados, el empresario Juan Pablo Lázaro, que ahora está fuera de la cúpula patronal y que en aquel momento presidía la comisión de control presupuestario y financiero que fue el órgano encargado de proponer a la junta directiva dicha remuneración.

Según los documentos a los que ha tenido acceso Economía Digital, en enero de 2019 los órganos de gobierno de CEOE aprobaron la siguiente disposición: “En cuanto a la remuneración del presidente previsto en el artículo 18.7 de los estatutos, la comisión propondrá a la junta directiva: aprobar el carácter retribuido del cargo del presidente de CEOE, delegar en la comisión el resto de términos por concretar de dicha remuneración, dentro del marco propuesto y extensible en años sucesivos durante mandato presidencial […]”.

Apenas un mes después, el 20 de febrero de ese mismo año, el patrono vasco logró que la junta aprobara el sueldo de Garamendi, fijándolo en 350.000 euros, como recogen los documentos obtenidos por este medio. El presidente de la comisión, Juan Pablo Lázaro, expone a la Junta el siguiente acuerdo: “La comisión de control presupuestario y financiero […] acordó fijar una cantidad bruta de 350.000 euros por las funciones que le son asignadas al presidente en el artículo 19 de los estatutos”.

Un portavoz de la CEOE asegura a este medio que las remuneraciones al presidente son perfectamente legales y están acordadas y aprobadas en el seno de la institución, como compensación por las labores institucionales y representación que desempeña Antonio Garamendi en la patronal.

Batalla en CEOE

Antonio Garamendi, que busca ser reelegido por aclamación (es decir, sin rival ni votación sobre su continuidad o no), obtuvo ayer un importante espaldarazo: la renuncia de Gerardo Pérez, presidente de Faconauto, a presentar una candidatura alternativa al dirigente vasco. Según fuentes conocedoras de la reunión, Pérez comunicó a su equipo que no iba a presentarse tras comprobar, vía llamada telefónica, que el único apoyo que iba a recibir de grandes asociaciones aliadas, como Asaja, iba a ser tácito, y que en ningún caso podía esperar una comunicación explícita de apoyo, como las que ha estado recibiendo Antonio Garamendi.

Según las mismas fuentes, el «cabreo» del presidente de Faconauto fue tan monumental, que Pérez tardó cinco minutos en cancelar la operativa de su anuncio, que estaba ya aprobado e iba a ser inminente. Por su parte, otra de las asociaciones que más distantes de Garamendi se han mostrado, la territorial catalana Foment, que dirige Josep Sánchez-Llibre, celebró ayer una reunión de urgencia para valorar la situación.

Cada día que pasa es más difícil que se formalice una candidatura rival a Garamendi. Sus críticos confían, sin embargo, en promover el día de los comicios, el 23N, una votación entre los miembros, que simplemente mida votos a favor, en contra o abstenciones sobre la continuidad del actual patrono. Para que se celebre dicha votación, solo es necesario que alguien pida, el día de la Asamblea, votar. No supondría ningún riesgo para la reelección de Garamendi, pero podría condicionar cuán fuerte o debilitado sale del cónclave para su segundo mandato.

Pese a no tener por ahora rival, Garamendi no ha cosechado todas las buenas relaciones que desearía sobre cuadros territoriales y sectoriales, e incluso tampoco entre el grueso de las grandes empresas del Ibex35, como publicó en exclusiva Economía Digital el pasado 7 de octubre. Los motivos son, a su juicio, una excesiva complicidad de la dirección de CEOE con el Gobierno a la hora de aprobar una lesiva reforma laboral, las subidas de pensiones y cotizaciones, en incluso la tolerancia sobre las continuas subidas del SMI, que tanto han perjudicado a las pymes españolas.

En clave más orgánica, también preocupa en el seno de la patronal los intentos de Garamendi por eliminar la limitación de mandato al frente de la CEOE, una medida que él impuso a su antecesor, Joan Rosell, y que ahora pretende deshacer para extender su poder más allá del segundo mandato, como avanzó también en exclusiva este medio.

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