Hacienda recauda 6.000 millones más de IVA al año por el afloramiento de economía sumergida tras la pandemia

Un estudio de Esade apunta que el mayor uso del pago con tarjeta por el impacto del COVID-19 ha disminuido las operaciones con efectivo, que están menos controladas por la Agencia Tributaria

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La pandemia de COVID-19 trajo consigo un cambio fundamental para el tejido productivo: la popularización de los pagos con tarjeta. La necesidad de reducir los contactos sociales e interacciones hizo que esta modalidad de pago ganara terreno sobre el tradicional pago en efectivo, lo cual, a su vez, se ha traducido en una mayor recaudación de Hacienda mediante el IVA por un afloramiento de la economía sumergida.

Un informe de Esade, elaborado por el director del foro de fiscalidad de EsadeEcPol, Francisco de la Torre, cifra en unos 6.000 millones de euros anuales la recaudación adicional que ha aflorado después de la pandemia.

El documento detalla que los incrementos de recaudación pueden venir de varios factores. Por un lado, la inflación, que aumenta las bases imponibles de impuestos como el IVA o produce una progresividad en frío, en el caso del IRPF. Por otro, las propias subidas o bajadas de los tipos del gravamen. Y otra de las posibilidades es que tanto el crecimiento económico como la creación de empleo repercutan en ese mayor devengo.

Ahora bien, como detalla De la Torre, la recaudación por IVA experimentó un crecimiento virtuoso tanto en 2021 como en 2022, unos avances (14,5% y 13,9%) muy por encima del crecimiento económico en esos años (6,4% y 5,8%).

La razón es que en esos años se produjo un «mejor cumplimiento fiscal», además del resto de factores. «Hemos conseguido identificar que sí habría un mejor cumplimiento fiscal que hace que un mayor porcentaje de las ventas, y, en consecuencia, del consumo, se declaren. Y una vez se declaran las ventas en el IVA, está claro que hay otros aspectos que también tienen que aflorar, como el empleo o los beneficios», indica el documento.

Entre 2019 y 2022 el consumo final de los hogares, medido por el devengo del IVA, pasó de una base de 404.076 millones de euros, a una base de 475.000 millones. «La diferencia de bases es de 70.942 millones de euros. Esto supondría un aumento de recaudación de 10.830 millones de euros, si tomamos el tipo efectivo medio de 2019», subraya el estudio.

De esa cifra, y para aislar el efecto del mayor cumplimiento fiscal del resto de factores (inflación o crecimiento económico), calculan la diferencia de porcentajes del consumo final a las bases del IVA. «Esto supone que, de la diferencia de 70.924 millones entre las bases del IVA (…) el resultado es el aumento recaudatorio derivado del mejor cumplimiento fiscal y de al reducción de economía sumergida que ascendería a unos 6.282 millones de euros».

El experto de Esade llega a la conclusión de que la razón es la extensión de los pagos con tarjeta debido a que el porcentaje del consumo que se abona con el tarjeta de crédito ha aumentado, mientras que han disminuido las operaciones en efectivo, medidas por la retirada de billetes de cajeros automáticos.

«Todo esto nos lleva a concluir que se ha producido una reducción de la economía sumergida, acompañada, con gran probabilidad de un mejor cumplimiento fiscal», concluye el estudio.

Pero esto no significa que haya que acabar ahí con la toma de medidas. El fisco debería, a juicio de Esade, introducir más medidas para fomentar los pagos controlados y mejorar la información para fomentar el cumplimiento voluntario de los impuestos.

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