No solo la electricidad: la gasolina y el gasóleo se encarecen un 30% en 2021

El litro de gasolina sin plomo de 95 en España cierra el año por encima de 1,5 euros y el gasóleo para automoción, cerca de 1,4

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Con permiso de la Covid, la variante ómicron y la sexta ola sobre la que navegamos de 2021 hasta 2022, si por algo pasará a la historia el año que dejamos atrás es por la subida de la luz. Faltan adjetivos para calificarla; sobran cifras para un precio que nunca había llegado ni a la mitad de lo que estamos pagando. Pero este tsunami está escondiendo que muchos ríos se están desbordando, como el precio de los carburantes.

La eléctrica, y también el gas, no son las únicas energías que pagamos ahora mucho más cara que hace un año. La gasolina y el gasóleo de automoción no han dejado de subir desde que empezó el año tras un 2020 en el que incluso llegó a descender por los bajos precios del barril de petróleo Brent. Era lógico cuando apareció la pandemia de coronavirus y todo se paró. Pero en 2021 los carburantes subieron un 30%, con lo que ello supone para la economía española.

El litro de gasóleo A en España cerró 2020 (datos de media de diciembre), en 1,065 euros el litro de precio de venta, impuestos incluidos, según cifras del Ministerio para la Transición Ecológica. Solo un mes de 2021 no subió y terminó noviembre –último dato oficial disponible– a 1,381 euros. En diciembre ha seguido la tendencia al alza, por lo que probablemente ha superado los 1,4 euros de media. Pero solo con datos oficiales, la subida fue del 29,7%.

Con la gasolina sin plomo de 95, el encarecimiento es ligeramente inferior, pese a que subió todos los meses del año. Pasó de 1,182 a 1,511 euros el litro, un 27,8% más. Si nos fijamos en medias anuales, el incremento se sitúa en el 16%, pero la comparativa con 2020 es engañosa por el estallido de la pandemia.

Detrás de esta subida está el encarecimiento del Brent, el crudo de referencia en Europa, que cotiza en los mercados internacionales y que ha pasado de unos 50 dólares el barril a principios de 2020 a unos 80 un año después, una subida del 60%. Este 2021 llegó a superar los 86 dólares, cuando en 2020 su máximo no llegó a 70 y fue a inicios de año, antes del estallido de la pandemia que llegó a hundirlo por debajo de los 20 dólares.

Pese a esta subida, el precio del Brent está todavía muy por debajo de los 100 dólares de los que a penas bajó entre 2011 y 2014, cuando la gasolina y el gasóleo también se encarecieron pero nunca llegaron a los precios actuales, máximos históricos. En el precio de los carburantes influyen otros factores, como el tipo de cambio entre euro y dólar y los costes de refino y de transporte, que también han subido en el último lustro.

Cuánto nos cuesta cuando repostamos... y cuando vamos a comprar

El encarecimiento de los carburantes es muy importante para la economía española, pues tiene una gran dependencia del transporte por carretera, cuyo mayor coste es el gasóleo. Los precios de los productos que comemos, vestimos, conducimos o usamos de una u otra manera está subiendo porque se necesita más energía para producirlos, pero también para llevarlos hasta nuestra casa. Y de los chips mejor no hablamos.

Volviendo a las cifras, la subida de más de 30 céntimos el litro entre finales de 2020 y 2021 tiene más importancia de la que parece. Llenar con 600 litros el depósito de un camión se ha encarecido en casi 200 euros en un año. El de la furgoneta que reparte los paquetes, de 100 litros, más de 30 euros. Estos costes siempre terminan trasladándose al producto y, por tanto, lo paga el consumidor.

El aumento de precios de los carburantes afecta a todos los conductores. Llenar el depósito de un coche cualquiera con 50 litros de gasolina de 95 costaba hace un año 59 euros y ahora supera los 75. Con gasóleo A, ha pasado de unos 53 euros a más de 69. En ambos casos, el encarecimiento supera los 16 euros.

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