La reunificación de deudas no es más que la agrupación de todos tus préstamos, tarjetas de créditos e hipotecas en un solo préstamo con el fin de pagar una única cuota cada mes, la cual será menor a la suma de los montos de las deudas que estabas pagando.
Si bien el monto a pagar se reduce, el plazo de amortización se incrementa y, con ello, los intereses. Esta agrupación de deudas suele realizarse a través de empresas especializadas, conocidas como mediadoras, o a través de un banco con el que tengamos más préstamos o hipotecas.
Para iniciar con el proceso, la empresa mediadora o el banco analizará el caso, que incluye toda la información de las deudas que tengamos y, cuando de luz verde a la operación, se encargará de «negociar con las distintas entidades financieras las nuevas condiciones de pago», según explica el portal del BBVA.
Mientras el proceso transcurra, todos los préstamos e hipotecas quedarán cancelados para ser agrupados en una sola hipoteca con las nuevas condiciones.
Requisitos
Si quieres adoptar este mecanismo, debes saber que no puedes escoger las hipotecas que quieres reunificar y las que no, es necesario que se agrupen todas bajo una misma.
Otra condición es que la cuantía de la nueva hipoteca no exceda el 80% del valor del bien hipotecado. Adicionalmente, suelen pedir los requisitos comunes como ingresos mensuales, no figurar en ningún registro de morosos, presentar a un aval, entre otros.
Gastos del procedimiento
Reunificar tus deudas también supondrá pagos extra, como las comisiones por cancelación o amortización anticipada.
En cuanto a la nueva hipoteca, se deberá pagar la formalización de la apertura de esta, y todo lo que conlleva: la comisión de apertura, la tasación del inmueble hipotecado, impuestos, honorarios de la notaría o gestor, entre otros.
De igual forma, la agencia mediadora te cobrará por sus servicios y, en el caso de que sea un banco, dependiendo de cuál sea te podrá pedir un monto.