Así son las fabricas que trabajan para Inditex en Marruecos

La multinacional textil acapara buena parte de la producción de estas plantas, donde el salario medio de los operarios no alcanza los 300 euros. La plantilla está compuesta en un 90% por mujeres

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Marruecos es uno de los principales talleres de Inditex. La multinacional contaba en su cadena de proveedores con 249 fábricas y talleres en el país, que empleaban a 64.501 trabajadores fundamentalmente en la zona de Tanger y Casablanca, según los datos de su última memoria anual presentada, correspondiente al ejercicio 2014.

Entre el 7 y el 11 de marzo y en el marco del acuerdo global con IndustriAll Global Union –en el que Inditex, como en tantas otras cosas, es pionera–, una delegación sindical formada por Víctor Garrido, coordinador del Acuerdo Marco Global, y las centrales más importantes del norte de África y Marruecos, junto a responsables del Departamento de Sostenibilidad de Inditex, visitaron varios de estos talleres, haciendo entrevistas con propietarios, trabajadores y delegados sindicales.

El informe difundido por Comisiones Obreras y firmado por el propio Víctor Garrido y por Isidor Boix contribuye a seguir configurando un mapa de las condicones de trabajo en los principales centros de proveedores de la multinacional gallega.

[Lea ‘Así son las fábricas que cosen para Inditex en India‘]

Diferencias salariales

En los talleres de Marruecos, el sueldo medio es inferior a los 300 euros mensuales y destaca la notable diferencia entre los trabajadores rasos y el personal de oficina. Así, en las fábricas visitadas, ubicadas en Casablanca, los operarios de fábrica cobraban entre 237 y 281 euros al mes, los jefes de línea daban un salto cualitativo e ingresan unos 369 euros mensuales; el personal de oficina varía en función de la categoría entre los 322 euros y los 645 euros, pero el director puede llegar a cobrar 2.304 euros, diez veces el salario mínimo de Marruecos.

La tabla salarial es lo que hace tan ventajoso al país para la industria textil, que en el caso de la española puede producir en proximidad a bajo coste. Los talleres visitados no sólo cosen para Inditex, sino también para Mango y Desigual, así como para Next, Pinkie, Naf Naf o Topshot. La multinacional gallega representaba, eso sí, entre el 30% y el 60% de la producción total.  

44 horas semanales como máximo

La jornada laboral es de 8 o 9 horas diarias, de lunes a viernes, y algunos sábados realizan 4 horas, llegando a un máximo de 44 horas semanales, según marca el Código de trabajo. La jornada diaria no puede superar las 10 horas, incluidas las extra.

La edad de jubilación se sitúa en 60 años. Antes, los trabajadores de los talleres que cosen para Inditex suelen tener un primer contrato de seis meses, con 15 días de prueba para los operarios y de entre tres y seis meses para el personal de oficina. Entre el 70% y el 80% de los contratados pasan a indefinidos. Un contrato de duración determinada superior a un año pasa automáticamente a indefinido.

90% de mujeres

En cualquier caso, los ingresos de los trabajadores de los proveedores de Inditex en Marruecos están por encima del salario mínimo del país, de 237 euros, al añadir un plus por antiguedad «fijado en un 5% del salario después de 2 años trabajados, un 10% después de 5 años, 15% después de 12 años, 20% después de 20 años, hasta un máximo del 25% del salario después de 25 años trabajados».

Las fábricas emplean entre 120 –las más pequeñas– y 600 trabajadores, el 90% mujeres, con una media de 35 años y una antiguedad de entre 4 y 5 años. La principal causa de rotación es el abandono por parte de las mujeres bien porque se casan y regresan a sus zonas rurales de procedencia o bien después de la maternidad. El índice de rotación anual se sitúa entre el 10% y el 20%.

El mensaje de Pablo Isla

La obsesión de Inditex es que los proveedores cumplan escrupulosamente la legislación laboral y matengan unas buenas condicones laborales. Ese es el sentido del acuerdo con IndustriAll y de las auditorías que realiza la multinacional. Pablo Isla aseveró en la presentación de resultados de Inditex: «Estamos orgullosos de crear puestos de trabajo en todo el mundo», mensaje inequívoco contra las acusaciones de trabajo precario.

Aún así, las visitas desvelan aspectos chocantes, como la falta de convenio colectivo o las primas discreccionales para el personal de oficina detectadas en algunas fábricas. El informe relata como tanto los sindicatos como los propietarios se sorprenden cuando se les plantea que negocien entre ellos las primas, pues consideran que es una competencia exclusiva de la dirección.

Nivel cultural bajo

Los empleados viven próximos al centro de trabajo lo que hace innecesario un sistema de transporte para llegar a la fábrica, aunque algún personal de oficina sí que tenía primas de 37 a 92 euros al mes por desplazamientos y 46 euros por comida.

Sí que disponían los talleres de sala de rezo, con excepción de uno de los visitados, que había habilitado una zona de las instalaciones para cubrir la carencia. El nivel cultural es bajo, con muy poca gente con educación secundaria. Marruecos presenta uno de los índices de analfabetismo más elevado de los países árabes, si bien, está en proceso de revertirlo.

«Parece que tanto el gobierno como las empresas han entendido lo negativo de esta situación y lo están tratando de solucionar con la puesta en marcha del plan nacional de aprendizaje», explica el informe. El cambio también se percibe en las propias fábricas donde los menores de 30 años tenían casi todos educación primaria.

Sin sindicatos, sin accidentes

En las fábricas visitadas apenas existía sindicación o actividad sindical. A lo que se suma que la mayoría de trabajadores tenía una opinión «negativa» sobre estas organizaciones. Sí que existían comités de seguridad y salud que aseguraron que apenas se producen accidentes en las instalaciones.

Uno de los sucesos más llamativos acontecido durante la visita fue que uno de los proveedores se negó a dejar visitar las instalaciones a los sindicatos locales. Esto provocó que se suspendiera la actividad y tuvo que ser la presión de la propia Inditex la que consiguiera, en una segunda visita, que todos pudieran entrar a la fábrica y cumplir los requisitos exigidos por el acuerdo global.

Subcontratación

El mayor riesgo para Inditex, según coinciden los sindicatos, es la subcontratación de determinados pedidos por parte de las fábricas proveedoras, pues la deriva de subcontratas puede escapar a su control e incidir en la precariedad de los trabajadores. En Marruecos se encontró un caso en una de las fábricas visitadas, que subcontrataba parte de la producción de una proveedora directa de la multinacional gallega.

«Aunque ambas estaban auditadas desde la perspectiva de cumplimiento del AMG, se observaban apreciables diferencias en relación con las condiciones de trabajo. Este fenómeno, en Marruecos como en la mayoría de países, constituye una cuestión importante desde la perspectiva sindical, por lo que ha de ser objeto de espacial atención por parte de todos», explica el informe.

[Puede descargar el informe completo aquí]

Carles Huguet

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