Orange negocia los derechos del fútbol al margen de su futuro socio MásMóvil

Orange llevará su estrategia de contenidos por su cuenta sin que la compañía dirigida por Meinrad Spenger vaya a interceder en ello

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Orange y MásMóvil llevan varias semanas negociando de forma exclusiva su fusión. Se prevé que en poco tiempo todo acabe en matrimonio y surja un gran operador capaz de competir de tú a tú con Telefónica. Luego llegará la validación regulatoria, que puede tardar hasta un año y medio. Y en ese margen, cada compañía desplegará su estrategia de forma individual. Eso incluye el fútbol, un segmento problemático para el sector desde hace años.

En este contexto, según ha podido conocer ECONOMÍA DIGITAL en fuentes del sector, Orange llevará su estrategia de contenidos por su cuenta sin que la compañía dirigida por Meinrad Spenger vaya a interceder en ello. De esta forma, hay una negociación doble por parte del operador naranja: por un lado con Telefónica, aunque en realidad es una puja por los derechos al estar regulado; y, a su vez, tendrá que negociar con Dazn, puesto que la plataforma se ha hecho con otra parte del paquete de LaLiga de fútbol.

La complejidad en la negociación llega por la duración de los contratos. Por ejemplo, Telefónica y Dazn acaban de negociar complementarse los derechos, puesto que cada una había conseguido una parte del pastel de LaLiga, y de esta manera el operador azul dispondrá de todo el fútbol español por un periodo determinado de tiempo. Y esa es la clave: el tiempo.

Los derechos de Telefónica a los que accede Orange son año a año. Es decir, cada temporada puja por ellos, los adquiere para su emisión y se lo ofrece a sus clientes. Sin embargo, para acceder a los contenidos que son propiedad de Dazn tendrá que negociar por el propio fútbol y la temporalidad. Es decir, la plataforma de ‘streaming’ podría asegurarse un periodo superior a los dos años, y la compañía dirigida en España por Jean François-Fallacher debería asumirlo, puesto que de lo contrario solo tendría el puñado de partido que ganó Telefónica en la subasta.

En este caso, Dazn asume que Orange no puede dejar a sus clientes sin la mitad del fútbol o, llegado el caso, hacer que se abonen por su cuenta a la plataforma para completar todas las jornadas de LaLiga. Y todo esto se está negociando sin que MásMóvil intervenga en ese futuro que, dentro de unos meses, será compartido.

Ante este escenario, podría ser que una vez firmado el acuerdo y dado el OK del regulador europeo, resulte que MásMóvil se encuentre en la compañía con los derechos del fútbol de los que siempre ha sido muy reticente. Asimismo, aunque pueda existir una estrategia multimarca por la cual no todos los clientes de la compañía resultante deban tener el fútbol, en la caja consolidada del nuevo grupo sí aparecerían estos costes del deporte rey.

Orange y MásMóvil ante una fusión complicada

Y precisamente el problema con el fútbol está en los costes y la rentabilidad. Hace unos años Vodafone hizo estallar la bomba cuando dejó de pujar por los derechos de LaLiga y la Champions League, y replanteó su estrategia de contenidos de televisión. Los números no cuadraban, algo que todos los protagonistas del sector han asumido, aunque año tras año sigan metidos en este negocio.

Orange y la propia Telefónica han criticado en público, en más de una ocasión, que los derechos del fútbol han entrado en una espiral inflacionista que no está del todo justificada. Sin embargo, ambas compañías han tenido que asumir que se trata de un contenido premium del que no pueden prescindir; y menos ahora que ambos operadores van a pelear abiertamente por ser líderes del sector.

El problema es que el fútbol no ha demostrado que sea un reclamo directo para engordar la cartera de clientes. De hecho, ni Telefónica ni Orange pueden argumentar con cifras que los derechos del fútbol hayan impactado de manera positiva en sus negocios. Es más, en el caso del operador azul lleva desde hace varios trimestres teniendo una pérdida neta de abonados de su plataforma de televisión.

Y en este escenario aterriza MásMóvil, que lleva años asumiendo que el fútbol no es de ninguna utilidad. De hecho, su consejero delegado siempre había apostado por ofrecer una buena conexión, y los usuarios que quisieran ver contenidos audiovisuales, que recurriesen a las plataformas de terceros.

El encaje de marcas y clientes

Aunque todavía falta mucho para que Orange y MásMóvil sean una sola compañía entre una maraña de marcas, en los cuárteles generales de ambas empresas ya están abordando esta situación. Y que además afecta precisamente a los principios estratégicos de ambas compañías.

Tanto Orange como MásMóvil tienen diferenciadas sus marcas por la tipología de clientes y de facturas. Existen marcas ‘low cost’, de gama media y otras premium en las que acomodan a cada tipo de usuario. Pero con la entrada del fútbol, puede ser que abonados de Yoigo también lo quieran. O quizá no; y en ese engranaje estaría el problema, porque serían la misma compañías, con unos derechos de adquiridos que, además, pueden tener un coste de acceso distinto -en la puja a Telefónica- por la ecuación que aplica el regulador en base al número de clientes de televisión.

Raúl Masa

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