Telefónica debe abaratar el acceso a su infraestructura para asegurar la competencia

El regulador quiere que las zonas rurales tengan también una fuerte competencia entre empresas, y para ello se necesita a Telefónica

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El sector de las telecomunicaciones ha acelerado el proceso de consolidación -y Telefónica será protagonista involuntario-. Dicha concentración supone menos operadores en liza y, potencialmente, menor competencia. Una situación que puede derivar en alzas de precios. Para que esto no ocurra, lo mejor es que haya más empresas con capacidad de tener redes propias. Y esa resaca en la fiesta de las fusiones la pagará el operador azul con su infraestructura. Así lo ha dispuesto el regulador, que próximamente tendrá bastante trabajo tras la fusión entre Orange y MásMóvil.

A partir de ahora los operadores de telefonía que quieran invertir en sus propias redes lo tendrán más sencillo. Y es que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha publicado la actualización de la oferta MARCo para mejorar el acceso a postes y con ello el despliegue de redes de comunicaciones electrónicas de alta velocidad, especialmente en zonas de menor densidad poblacional.

¿Qué es el MARCo y por qué es importante en este contexto de consolidación? Se trata del servicio que facilita a los operadores adheridos el acceso al uso compartido de las infraestructuras de obra civil de Telefónica en España. De esta forma, las compañías pueden realizar sus propios despliegues de redes de acceso de nueva generación sin necesidad de realizar su propia obra civil.

Con la mejora del acceso, la sencillez en el proceso administrativo y la rebaja de costes que ha planteado la CNMC, el marco competitivo se abre. Y sobre todo lo hace -con la intención del regulador- en zonas menos pobladas donde Telefónica gracias a su presencia como operador dominante siempre ha tenido mayor fuerza.

Esta medida quizá tenga un impacto menos importante en las zonas con alta densidad de población, donde la infraestructura de Telefónica es menos importante puesto que otras compañías como Orange y Vodafone también han llevado a cabo sus propias obras civiles en los tiempos en que los tres grandes operadores quisieron ampliar su huella de fibra de manera acelerada.

Telefónica, en el ojo del huracán

Con esta medida aprobada por la CNMC, se confirma que Telefónica va a tener un lugar de privilegio en la fusión entre Orange y MásMóvil. Sin ser actor principal en este baile de fusiones, la compañía dirigida por José María Álvarez-Pallete será protagonista sobre la configuración final del sector.

Además, la fusión entre naranjas y amarillos provocará algo novedoso para Telefónica: no ser el líder en alguno de los segmentos del mercado. Por ejemplo, en la parte móvil se quedará a una distancia considerable de la compañía fusionada, a la espera de los ‘remedies’ que aplique el regulador, y esa situación comercialmente nunca la ha tenido que vivir el operador azul.

De ese mismo modo, su actitud ante el regular puede dar un cambio. Telefónica, históricamente -y pese a ser el incumbente-, nunca ha dudado en reclamar ante la antigua CMT, o la actual CNMC, que su posición no era tan de dominio como lo hacían constar en una regulación tan exigente.

Con este tipo de medidas, la CNMC quiere conseguir que el mercado de las telecomunicaciones siga su desarrollo competitivo, pase lo que pase. El problema es que en todo este proceso Telefónica ha ido perdiendo una importante cuota de mercado, tanto en el negocio móvil como el fijo. Una situación, además, que puede verse agudizada una vez se calcule el impacto de la fusión entre Orange y MásMóvil.

La CNMC atenta a todo

En cualquier caso, la CNMC intentará mantener vivo su papel. De hecho, este mismo lunes la presidenta del regulador, Cani Fernández, ha asegurado que revisarán la regulación de Telefónica si finalmente surge en el mercado telefónico un operador mayor, que le superara en clientes, como ocurriría con la posible fusión entre Orange y MásMóvil.

Fernández aseguró en el Nueva Economía Forum que se revisaría porque se trata de una legislación asimétrica que establece que «cuando hay un operador dominante» se le impone «una obligación de acceso con la finalidad de que ‘aguas abajo’ haya suficiente competencia y tengamos varios prestadores de servicios, sea quien sea el operador dominante».   

La curiosidad de ese «sea quien sea» es que el operador dominante no será el que tenga las infraestructuras. Es decir, aunque Orange y MásMóvil puedan tener un importante músculo comercial y una cartera de clientes que en algunos casos supere a Telefónica, la realidad como compañías es muy distinta.

Raúl Masa

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