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Las grandes marcas de restauración responden ante la subida de precios provocada por la inflación

El sector vive un panorama incierto provocado por la pérdida del valor adquisitivo del consumidor

Un local de 100 Montaditos, una de las marcas de Restalia

Los datos de la inflación siguen colmando titulares. Su caída ha sido mínima después de que en septiembre se situara en un 8,9% tras tres meses consecutivos por encima del 10%. Fue en el mes de julio cuando alcanzó el pico máximo, situándose en el 10,8%, su nivel más alto desde septiembre de 1984, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Esta pequeña bajada del mes de septiembre es el resultado de la moderación en los precios de la luz, así como de los carburantes, que han vuelto a subir progresivamente en octubre. Inevitablemente, las empresas están trasladando el aumento de los costes de las materias primas o de la electricidad a los productos y servicios.

La economía española atraviesa un escenario estanflacionista o lo que es lo mismo, un estancamiento de dicha inflación. Uno de los sectores afectados, la restauración organizada, vive un panorama incierto en el que aumentan los costes, situación ante la que deben tomar medidas.

Comportamiento del consumidor

A colación de estos datos, Simon-Kucher and Partners, consultora global que opera en 27 países, presentó un informe trimestral sobre la percepción de precios por parte del consumidor en el sector del ocio, que también engloba a la restauración. La pérdida del valor adquisitivo y el aumento de la inflación repercuten en el comportamiento del consumidor.

La consultora ha estimado que se reducirá tanto la frecuencia como el gasto en este sector. Así lo dice también el Observatorio 2022 de la Restauración de Marca, elaborado por marcas de la restauración, The NPD Group y KPMG en España.

Según este estudio, el consumidor está reduciendo sus ocasiones de consumo, ya que es consciente de la subida de precios y está haciendo ajustes en la comanda para controlar el gasto final del ticket medio, cambiando platos caros por más baratos. De esta forma, hace una mayor búsqueda proactiva de promociones (35%), eliminación de platos caros de la carta (28%) o la reducción de la comanda, eliminado postres (20%), entrantes (13%), refresco (13%) y acompañantes (13%).

Dos posibles soluciones

Ante esto, las empresas tienen dos opciones para hacer frente a la crisis: impactar toda la subida de precios en el cliente final o intentar moderar esa subida, inevitable al final, en la medida de lo posible. De hecho, el 87% de las cadenas ya han aumentado o prevén incrementar sus precios. No obstante, el equilibrio es complejo, porque cuando se aumenta el precio de los productos la demanda disminuye repercutiendo en las ventas.

Lo que está claro es que el PVP de los productos no va a ser el mismo ante la regresión, otra cuestión será establecer cuál será el porcentaje de subida. Curiosamente, hay un término que se encarga de medir de una forma novedosa cómo crece o disminuye el poder adquisitivo en los distintos países. Es conocido como el “índice Big Mac” pues los precios del Big Mac, la hamburguesa más icónica de McDonald´s, han subido como la espuma en Estados Unidos y en Europa concretamente un 8% en el último año.

Restalia Holding, la compañía de neorestauración dueña de enseñas como 100 Montaditos, TGB -The Good Burger-, La Sureña Jarras y Tapas, entre otras, sigue haciendo fuertes ajustes en sus precios de cara al consumidor, manteniendo promociones tan agresivas como la Euromanía los miércoles. El resto de las enseñas de la cadena también han decidido seguir manteniendo sus promociones.

Burger King, por su parte, ya no realiza promociones sobre su producto más demandado, la hamburguesa Whopper, debido al incremento de costes para su elaboración. Por el momento, solo afectará a los restaurantes ubicados en Estados Unidos, aunque no se descarta que llegue a España y a otras regiones europeas cuya inflación se ve acelerada.

Por ahora, mantienen precios gracias a su propio sistema de cupones donde puede adquirirse en menú mediano por apenas 6,49€. Los famosos croissants comúnmente llamados “manolitos” de Manolo Bakes, siguen la misma línea. Han aumentado cinco céntimos, pasando de valer 0,65€ a 0,70€. Las cajas de manolitos dulces y salados también se han encarecido. Una tónica general que también se da, irremediablemente, en la estrategia de muchos de sus competidores.