El cierre de Endesa en As Pontes podría destruir hasta 2.000 empleos

El proyecto Entrances, en el que participan Fernando González Laxe y Ricardo García Mira, pone números al impacto que podría tener el cierre de As Pontes

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De acabar cerrándose la térmica de Endesa en As Pontes, ¿cuál sería su impacto real en la comarca de Ferrolterra? Los cálculos del catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de A Coruña (UDC) y expresidente de la Xunta, Fernando González Laxe, dicen que un cierre inmediato, en términos de empleo, supondría el cese de actividad de entre 1.500 y 2.000 personas. En el plano económico, el impacto podría alcanzar entre 30 y 50 millones de euros.

Estos cálculos se enmarcan dentro del proyecto europeo Entrances, en el que participa González Laxe y que está coordinado por el también catedrático Ricardo García Mira. El mismo se prolongará hasta 2023 para abordar los aspectos sociales de la transición energética hacia las enegías limpias.

Trece estudios de zonas carboneras

El proyecto desarrolla un marco teórico basado empíricamente en trece estudios de zonas carboneras europeas de Italia, Alemania, Polonia, Noruega o Reino Unido, además de As Pontes, donde se analizarán las variables sociocultural, socioeconómica, sociopolítica, sociopsicológica, socioecológica y sociotécnica.

El estrés territorial y los efectos del populismo, la emigración juvenil o la inmigración; el cambio estructural en el mercado laboral y la estructura demográfica; el drama tecnológico y la configuración del poder; el apego al lugar y las capacidades de transformación, necesidades y motivaciones sociales son algunos de los elementos de estudio en este proyecto.

Recomendaciones para la Comisión Europea

El objetivo es proporcionar recomendaciones a la Comisión Europea para diseñar la mejor forma de gobernanza ante la toma de decisiones en zonas carboneras y políticas «más apropiadas», generando conocimiento desde las propias zonas, explica a Efe García Mira.

Entre esas trece zonas carboneras se encuentra As Pontes (A Coruña), donde Endesa anunció el pasado diciembre la solicitud formal de cierre de la central térmica, cuyo desmantelamiento se prolongaría durante unos cuatro años, y presentó un plan denominado Futur-e para promover la actividad económica y la creación de empleo en la zona que incluye inversiones en energías renovables. En estos momentos, la compañía está analizando la viabilidad de la planta empleando biocombustibles en vez del carbón. De alcanzarse resultados competitivos, el grupo propiedad de Enel ha indicado que mantendría la planta abierta.

«Tratamos de desarrollar un marco de comprensión de los problemas que afronta Europa con estas regiones carboneras y las estrategias a afrontar que se utilizan en las distintas regiones y cómo se han desarrollado», explica García Mira.

Pérdida de población

La foto actual de As Pontes que ha tomado González Laxe presenta a un municipio con una pérdida de población del 18% en los últimos años, un envejecimiento muy acusado -el 50% tiene más de 50 años- y una población extranjera del 2%.

En la parte económica, registra un paro similar a la media española y un empleo concentrado fundamentalmente en el sector servicios, con un 70% de la ocupación, mientras que un 20% pertenece a la industria; su renta media está entre las tres primeras de A Coruña y supera a la media nacional y gallega.

La actividad del entorno de Narón y Ferrol, y también del eje Viveiro a Burela de la Mariña lucense están estrechamente vinculadas con la actividad de As Pontes y la gente y empresas son de ese entorno, con una base fuerte forestal, energética y eólica.

De transportistas a comerciantes

El empleo afectado por el cierre de la planta sería el propio de la central, además de contratistas, transportistas, bienes y servicios, otros comercios, comedores o restaurantes, e incluso el inducido, como las telecomunicaciones o de paneles solares.

Además de la actividad, González Laxe tiene en cuenta los efectos en la tributación del ayuntamiento, que se quedaría sin seis millones de euros en impuestos de forma inmediata si se cierra la central, así como en el puerto de Ferrol, pues se trata de una central importadora de carbón a través de este puerto donde tiene a 240 personas en la terminal portuaria.

El impacto económico que calcula el catedrático, no exento de dificultad, está entre los 30 y 50 millones de euros ya que puede ser muy variable, pues hay que incluir todo aquello que la empresa dejaría de pagar y de comprar a suministradores, más los efectos que otras empresas del entorno dejarían de producir y ofertar servicios. 

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