El conflicto entre Rusia y Ucrania atrapa al histórico buque gallego `Estai`

La nave de la armadora Pereira, apresada por Canadá durante la 'guerra del fletán', exporta productos pesqueros ahora vetados por el Gobierno ruso

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El buque de la armadora viguesa Pereira, el Estai, ha caído por segunda vez en las garras de un conflicto internacional de corte político y socioeconómico. Se ha visto perjudicado por el veto de importaciones comerciales impuesto por Rusia a los países de la UE, castigando, entre otros productos, a los que pesca la nave gallega.

Es la segunda ocasión en que el Estai se ve atrapado por una disputa entre países. La primera fue en la llamada guerra del fletán, de la que se cumplirán dentro de pocos días 20 años. Enfrentó diplomáticamente a Canadá con España y la UE por la pesca en aguas internacionales.

El 9 de marzo de 1995, cañoneras canadienses abrieron fuego contra el costado del Estai por considerar que la nave había rebasado las 200 millas de aguas soberanas americanas en el momento de realizar un lance para capturar fletán. El buque gallego fue conducido a puerto y confiscada su carga. Fue liberado días después y llegó a Vigo haciendo una arribada histórica, mientras la tensión entre países se disparaba.

Sanciones y contrasanciones

Ahora, el antiguo Estai se ha visto arrastrado en el pulso que dirimen Rusia, Ucrania y la UE. Vende, entre otros productos, la especie marujito a varios países del entorno de Rusia, como Kazajstán y Bielorrusia, además de a los socios comunitarios Letonia y Lituania. El marujito, antes llamado rockcod, tiene un precio que ronda los 2 euros por kilo.

El nombre actual de esta histórica nave es Argos Galicia. Es propiedad de Armadora Pereira y pesca en las aguas del caladero de las Islas Malvinas, con pabellón local. Allí faenan varios buques congeladores españoles, en su mayoría gallegos, al amparo de las joint-venture que se formalizan con capital español y malvinense. Hasta la fecha, se estaban extrayendo de este productivo caladero en torno a unas 15.000 toneladas anuales para abastecer los mercados euroasiáticos, que compran en torno al 90% de la producción. Ahora, ante la prohibición rusa, se está intentando comercializar en España, a través de las cadenas finalistas Hiperxel, del grupo Iberconsa, y A Lonxa.

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