«Arma letal» en el puerto de Barcelona

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¿Se acuerdan de la película Arma letal? Al guapo de Mel Gibson le acababan de destinar a una nueva comisaría. En aquel recinto atiborrado de agentes y donde nadie le conocía, esperaba sentado en un banco, a que alguien le presentase a su nuevo compañero de patrulla, el detective Danny Glover.

El bueno de Gibson se aburría y no se le ocurrió otra cosa que desenfundar su pistola reglamentaria y se dispuso a limpiarla.

Y entonces se oyó: ¡¡UN ARMA, UN ARMAAAAA!! Y una docena de policías saltaban  sobre el desconcertado Mel.

Fueron momentos de evidente tensión cinematográfica. Como los vividos hace unos dos meses en la zona del puerto de Barcelona donde amarran los cruceros.

Un grupo de mandos de los mossos (todos vestidos de paisano) visitaban las instalaciones , de la mano del jefe de la policía portuaria, para comprobar las complejidades del recinto en materia de seguridad.

Durante la visita tuvieron que atravesar el control de seguridad (y el consiguiente arco de metales) que custodia la guardia civil a escasos metros del desembarque. Un jefe de los mossos, destinado en una comisaría del Bages, pasó bajo el arco y se disparó la alarma.

El hombre, sintió la necesidad de explicarle a los dos guardia civiles que lo que había sonado era su pistola y para ello no se le ocurrió otra cosa que desenfundarla y, como el que levanta un trofeo, mostrarla a los cuatro vientos a todo aquel que quiso verla. A todos, incluidos los centenares de turistas que en aquel momento bajaban la rampa de unos 20 metros que conecta el buque con el control de la guardia civil en tierra firme.

La imagen de aquel hombre trajeado empuñando una pistola frente a dos guardias civiles aparentemente inmóviles llevó a los turistas a pensar lo peor. Y, como suele pasar en estos caso, se impuso el.. «!sálvese quien pueda¡» y «!tonto el último¡» y cundió la histeria colectiva. Los pasajeros, recularon despavoridos buscando cobijo de nuevo en el buque. Hubo quien se cayó, quien fue pisoteado, quien fue golpeado por una marabunta sin control  en una escena de angustia colectiva propia de una película.

Con el paso de los minutos todo se aclaró. Poco a poco los centenares de pasajeros fueron descendiendo del barco con el susto todavía en el cuerpo camino de las Ramblas o de la Sagrada Familia.

La Guardia Civil elaboró un parte de incidencias al respecto que ha ido a parar a la mesa de la delegada del gobierno.

Economía Digital

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