Cuotas: imperfectas pero necesarias

Las cuotas son un parche necesario hasta que se consiga la verdadera igualdad, cuando las mujeres estén verdaderamente representadas en los órganos de decisión

No es necesario citar los múltiples estudios que organismos públicos y privados han realizado al respecto. Basta con abrir la prensa económica y observar las fotografías de las personas que ostentan el poder económico en España. El número de mujeres es escaso pese a la preparación académica que tenemos y pese a que llevamos décadas incorporadas masivamente al mercado laboral.

Es obvio que la representación actual de las mujeres en los ámbitos de decisión no corresponde a nuestro nivel de preparación, por lo que en mi opinión, una ley de cuotas, que se implantara de manera gradual y temporal, contribuiría positivamente a corregir esta anomalía histórica que seguimos arrastrando de manera incomprensible.

Las mujeres están infrarrepresentadas en los ámbitos de decisión de las empresas y las administraciones públicas

No sólo es una cuestión de justicia en relación a las mujeres que llevamos años trabajando con denuedo en los entornos empresariales y económicos, sino que por encima de todo, la implementación de cuotas es relevante porque cumpliría una importantísima función social, como es la de crear referentes femeninos, en los que las niñas puedan verse a sí mismas liderando, decidiendo y dirigiendo.

Las Naciones Unidas han marcado 17 objetivos para avanzar hacia un mundo más sostenible y equilibrado, en la denominada Agenda 2030. Entre estos objetivos se encuentra la condición urgente de alcanzar un equilibrio entre hombres y mujeres en todos los ámbitos de decisión. Se trata de corregir una anomalía histórica, que seguimos arrastrando de manera incomprensible.

Naciones Unidas ha marcado en la Agenda 2030 la fecha máxima para corregir esta anomalía histórica

Es una responsabilidad de toda la sociedad, nos interpela por igual a los hombres y a las mujeres que estamos comprometidos en crear una sociedad más justa.

De todos modos, es importante aclarar que la implantación de cuotas en los consejos de administración sólo sería relevante a nivel simbólico, pues atañe a un universo muy reducido dentro del mundo empresarial. El sistema de cuotas modificaría la situación de muy pocas mujeres, todas ellas con un currículum de élite. Se trata de una batalla lucida y simbólica, pero en ningún caso la más relevante.

La batalla importante la ganaremos en cuanto consigamos detener la sangría de talento femenino que se produce en las empresas a medida que las mujeres avanzan en su carrera profesional.

La implantación de cuotas en los consejos de administración es simbólica; la batalla importante es la de impulsar el talento femenino

En la base de las organizaciones se observa equilibrio entre hombres y mujeres. A medida que pasan los años, algunas mujeres llegan a ocupar cargos intermedios, como la dirección de un departamento o área de negocio, pero están prácticamente desaparecidas en los cargos donde realmente se toman las decisiones, como presidencia o dirección general. Lo más preocupante es que a día de hoy nadie está planteando cómo estimular que haya más mujeres en estos ámbitos, que es el lugar donde se influye a nivel estratégico y donde se tienen herramientas para realizar cambios de envergadura.

La historia nos ha negado durante siglos ocupar los ámbitos de poder. Queremos nuestro espacio para participar y contribuir a nuestra sociedad en condiciones de equidad. El sistema de cuotas, por tanto, quizá sea una solución imperfecta, pero es una medida necesaria para configurar referentes para que, con el tiempo, las mujeres conquistemos los ámbitos de poder a través de nuestra propia determinación y ambición naturales. Hasta entonces, toda ayuda es poca: necesitamos las cuotas. Entre otras muchas cosas…