Antón Costas, un presidente del Círculo de Economía diferente

El Círculo de Economía, antes “el Círculo”, después “el Cercle”, es un artefacto (perdonen la palabra) de difícil definición. Es un círculo de influencia, sí. Lo ha sido y ha ido ganando prestigio a lo largo del tiempo.

¿Es una asociación de empresarios? No exactamente. Está compuesto por muchos empresarios, fue fundado por empresarios, varios estudiaron en San Ignacio de los Jesuitas. En sus inicios la influencia de Vicens Vives, Estapé y Sardá fue notoria. De aquellos inicios nace una mixtura de intelectuales comprometidos con jóvenes empresarios.

Pero a lo largo del tiempo se ha ido nutriendo mayoritariamente de profesionales, algunos políticos que han dejado de ejercer, por pequeños empresarios, por gente de la cultura, con el objetivo de pertenecer a un “club”, si quieren algo elitista, que trabajaba desinteresadamente por modernizar España e integrarla en Europa.

Obviamente no es una patronal, ni pretende serlo, pero algunos miembros del Círculo han impulsado cambios en las patronales catalanas y españolas (Carlos Ferrer en Foment y CEOE).

Tampoco es un club de ajedrez (su camuflaje inicial). Es un conjunto de gente básicamente moderada políticamente, pero respirando un espíritu liberal y, a veces socialdemócrata, no intervencionista, interesado en mejorar el país (Catalunya y España).

Desde el año de su fundación, 1958, se han ido sucediendo presidencias (sin posibilidad de reelección) y juntas directivas cada tres años. Se dice que la no posibilidad de reelección es uno de los fundamentos de su éxito.

Al final, el Círculo de Economía ha resultado ser una de las entidades de mayor éxito e influencia en Catalunya. Casi no ha salido de su territorio a pesar de los esfuerzos realizados en Madrid, y, a pesar que en su ADN siempre ha latido el deseo de influir en la capital de España. Pep Piqué, cuando fue nombrado ministro de Industria en el primer gobierno de Aznar, era presidente del Círculo.

A uno, que fue secretario general del Círculo en los años setenta, le cuesta precisar de qué estamos hablando, especialmente para gente que no tiene por qué conocerlo. Porque, además, se ha ido adaptando a los diferentes tiempos difíciles que le ha tocado vivir durante los más de 50 años últimos, aunque, siempre, conservando el “espíritu” inicial.

El Círculo ha sufrido vaivenes, especialmente notorios los provocados por el “encaje” de Catalunya en España. Sin embargo ha sabido conservar sus esencias, con dos “opiniones de actualidad” modélicas.

Y, ahora, en este momento histórico, donde tenemos un país muy tocado industrial y económicamente, y con una fuerte deriva independentista en Catalunya, la institución elige, consensua, a Antón Costas, que es plenamente del Círculo, quizá mucho más que otros, pero que no forma parte del grupo fundador.

Antón Costas nació en Vigo, lleva muchos años en Barcelona, donde vino a estudiar Económicas. Habitualmente se manifiesta en castellano. Ganó la cátedra de Política Económica de la Facultad de Económicas de la UB, la de Fabián Estapé.

Ha establecido lazos consistentes con el sector empresarial, y fue el representante de Endesa en Catalunya. Entiende la empresa. Su labor se ha desarrollado, fundamentalmente, en el mundo académico. En 2011 publicó el notable La torre de la arrogancia. Políticas y Mercados después de la tormenta, un ajuste de cuentas, con elegancia académica, con aquellos que inspiraron (dieron cobertura intelectual) a un sistema que nos ha conducido a la crisis.

También ha polemizado en la prensa sobre los aspectos más rechazables del sistema capitalista, con una profunda producción de artículos en varios medios. Pero lo más relevante de su trayectoria es que ha sido durante más de 15 años una de las cabezas pensantes (y escribientes) del Círculo de Economía.

Es una tarea muy difícil por lo compleja y diversa que es una junta directiva de esta institución. Una parte del prestigio intelectual que el Círculo tiene actualmente se lo debe a él. Hasta la fecha, la entidad se ha caracterizado por representar a una amplia franja de la sociedad civil barcelonesa, modernizadora e independiente de cualquier grupo.

Ahora, precisamente, parece llegado el momento en que el Círculo y su nuevo presidente tengan que emplear todo su capital de prestigio acumulado para tratar de moderar el debate económico y territorial y aportar líneas de avance en el mejor estilo de su trayectoria. Con la filosofía de la entidad, en el momento que crean conveniente. Haciendo uso de su voz independiente, pero, me temo, que no podrán hurtar el envite.

Antón Costas renovará, de momento, muy poco la junta de Josep Piqué, e insiste en su programa en lo que ha venido siendo la entidad desde su fundación. En primer lugar, conservar el atributo de la independencia, frente a cualquier interés particular empresarial o político.

Costas tiene experiencia en este contexto porque obtener del Círculo el apoyo para cualquier propuesta político-social, es muy difícil. Lo hizo apoyando la entrada de España en la CE y en el referéndum sobre la OTAN.

El segundo objetivo es luchar a favor de la modernización de la economía española. Lo viene haciendo regularmente, pero ahora con los desperfectos que ha provocado la crisis, encontrar una orientación ideológica para salir de la crisis es fundamental.

Y el tercer objetivo programático es conseguir una mayor participación de los asociados (unos 1.300). Aquí mi fe ya está prácticamente agotada pues todas las juntas lo han intentado con resultados discutibles.

Recordemos que el Círculo ha sido una asociación conservadora desde sus inicios. Se ha ido adaptando en función de los acontecimientos, pero siempre dentro de un orden y con el máximo respeto a las formas y a las personas.

Lleva más de 50 años de éxitos. Ahora tiene que afrontar otro periodo crítico. Y lo va a hacer con una persona de procedencia muy distinta a los anteriores presidentes, pero que cuenta con el máximo apoyo que requiere un puesto como el que ocupará. Y, por supuesto, con todo el mío.

Rafael Suñol
Economista, ESADE, IESE
Antiguo Presidente del BCI, CD de B. de Fomento, vp de Fecsa, CD de Aurica (SCR), vp ejecutivo de Catalana de Iniciatives (SCR), y, actualmente consejero de empresas (Peugeot España, Mémora…)