Bankia está en boca de todos. La cuarta gran entidad financiera del país, con su presidente Rodrigo Rato a la cabeza, está jugando en varias mesas a la vez. Necesitaba entrar en el juego de las fusiones para aplazar hasta diciembre de 2013 los casi 8.000 millones de euros que debe provisionar para sanear sus activos inmobiliarios, y el Gobierno se lo ha permitido. Veremos ahora si su oferta, por Unnim o por alguna otra de las entidades intervenidas, es la elegida.
Precisamente, una de las partidas. Pero no la única. En el presente ejercicio debe afrontar vencimientos de deuda por unos 20.000 millones de euros, en un contexto de fuerte restricción de acceso a los mercados de capital para la mayoría de las financieras españolas. Además, cada vez hay más voces que señalan su debilidad en la capacidad de absorción de riesgo por el mayor deterioro de la calidad de los activos inmobiliarios. Los esperados resultados de 2011 y la estimación del saneamiento para cumplir con las nuevas provisiones contenidas en el Real Decreto-Ley aprobado por el Gobierno, pueden o bien minorar esta creencia o, por el contrario, acrecentarla aún más.
A la agencia de valoración Moody’s no le ha hecho falta conocer los resultados del ejercicio para poner la proa de la deuda de Bankia rumbo al bono basura. El aviso ya está dado. Le ha rebajado el rating de Baa2 a Baa3, el último escalón de la categoría de inversión antes de pasar el rubicón hacia las calificaciones especulativas. Y lo mismo ha hecho con el índice de su fortaleza financiera, relegado de D a D-.
Bankia achaca la rebaja únicamente a la bajada de la deuda soberana del Reino de España. Además, cree que la agencia de calificación no considera los 500 millones de euros de ahorro potencial que se obtendrán en 2013 tras culminar la integración de las siete cajas que integran el SIP.
En cambio, Moody’s basa su rebaja en un más que probable deterioro sustancial de los indicadores macroeconómicos de España. Reducirán progresivamente la capacidad de generación de beneficios y de capital, y derivarán en un deterioro adicional de su calidad de activos.
Y en el caso de Bankia, la agencia de valoración asegura haber aplicado una simulación de escenarios similar a los que se dan en las entidades intervenidas, como el Banco CAM, o en países como Irlanda, en este caso para vislumbar hasta dónde puede caer el precio de la vivienda. La rebaja en la valoración de la deuda de la entidad presidida por Rodrigo Rato relega automáticamente la de su matriz, el Banco Financiero y de Ahorros (BFA), a Ba3.