Boda de penalti
Tengo que confesar que la sensación que se me queda en el cuerpo al asistir al matrimonio a tres entre cajas en Cataluña es más parecida a que asisto a una boda de penalti a que a una en la que los contrayentes se quieren de verdad. Me explico.
Los novios tienen al suegro apuntándoles con la escopeta de la crisis por la espalda. Si no hubiera habido crisis dudo mucho que se hubiera producido el enlace atendiendo a criterios estrictamente empresariales, o si se hubiera realizado no hubiera sido a esta velocidad y con esta eficacia. Caixa Catalunya ya era por volumen de activos la segunda caja catalana; ahora lo es un poco más con la suma de los activos de Caixa Tarragona y Caixa Manresa (aunque aún a mucha distancia del buque insignia). El matrimonio se coloca como cuarta caja de España aunque con una red territorial muy fuerte en Cataluña y no muy distinta a la que ya tenía Caixa de Catalunya fuera de esta comunidad. Uno de los contrayentes (Caixa Manresa) sale claramente beneficiado en representatividad (20%) atendiendo a su volumen de activos. Eso si, en su haber figuran… Leer más...