Cajas: se abre el debate

Hay que celebrar que al fin se pueda hablar normalmente de posibles fusiones y  restructuraciones en las cajas gracias a la intervención de Montilla en el Parlamento. Era uno de los últimos tópicos que quedaban por caer: todo el mundo lo sabía y lo comentaba, pero no se expresaba públicamente porque había cierto miedo y prevención. Y es lógico actuar con cuidado cuando se habla de entidades financieras. Son hipersensibles a los rumores.

La crisis es importante y evidentemente ha debilitado algunas entidades financieras. Estas posibles fusiones responden primordialmente a curar estas debilidades. Por qué se han producido? Pues porque algunas cajas quizás se han pasado de frenada. Durante muchos años tuvieron limitaciones para expandirse y, en estas dos últimas décadas, la expansión se ha producido de forma excesivamente acelerada, y probablemente asumiendo demasiados riesgos.

Otro aspecto que ha incidido de forma específica y negativa en algunas pequeñas entidades ha sido un poco racional “vuelo a la calidad”. En los peores momentos de la crisis financiera los depositantes y clientes en general han penalizado las entidades financieras más pequeñas en favor de las grandes. Ha habido una mayor confianza en las entidades de mayor volumen, quizás intuyendo que serán más protegidas por la Administración en caso de crisis. Así, las entidades sólo por la voluntad de protegerse de otras futuras crisis o del empeoramiento de esta, los lleva a deducir que no tienen el volumen suficiente para garantizar la confianza del cliente y por lo tanto, a considerar posibles alianzas y fusiones.

Ha empezado, pues las especulaciones sobre cuáles serán compañeras de baile. El mismo día de las declaraciones del Presidente ya observé la primera porra. A cielo abierto, como se deben hacer las cosas.