Las vacaciones son para los sindicalistas
La pobreza vacacional en España, entre el año 2022 y 2023, aumentó un 2, 7 %
El Instituto Europeo de Sindicatos (ETUI), con sede en Bruselas, ha publicado recientemente los datos de la denominada pobreza vacacional en la Unión Europea durante el año 2023. Vale decir que los datos fueron extraídos del Eurostat.
Ni una semana de vacaciones
En el estudio en cuestión, puede leerse que un 18 % de los trabajadores españoles no puede permitirse una semana de vacaciones. Los hay que están peor. Por ejemplo: La pobreza vacacional de Rumanía es del 32 %, la de Hungría es del 26 % y la Bulgaria es de un 24 %. Vale decir que la media europea asciende a l5 %.
Más: la pobreza vacacional en España, entre el año 2022 y 2023, aumentó un 2, 7 %. Durante el año 2023, en el conjunto de la Unión Europea, el número de pobres vacacionales que no pudieron permitirse una semana de vacaciones –el tercer aumento anual consecutivo-, alcanzó los 41, 5 millones de trabajadores.
El sindicalismo se queja
De todo ello, el ETUI –reaparece el argumentario sindical- llegó a la conclusión de que la Unión Europea está en una “situación de emergencia por la calidad del empleo y necesita reconstruir su contrato social mediante la negociación colectiva”. Como no podía ser de otra manera, el sindicalismo europeo advierte –sigue el argumentario sindical- que los ejecutivos de las empresas ganan cien veces más que el trabajador medio.
A todo ello, hay que añadir una prédica –modo Yolanda Díaz- en donde Esther Lynch, Secretaria General de la Confederación Europea de Sindicatos (CES), advierte que “tomarse un descanso con la familia o los amigos es importante para nuestra salud física y mental, y es una parte fundamental del contrato social europeo”.
Dicho lo cual, la Secretaria General vuelve al argumentario: “lamentablemente, no sorprende que más personas no puedan permitirse unas vacaciones cuando, al mismo tiempo, los dividendos aumentaron hasta 13 veces más rápido que los salarios de las personas y los directores ejecutivos se pagaron a sí mismos más de 100 veces más que el trabajador promedio”.
La cosa empeora
Hace una semana, el Eurostat ha publicado un nuevo informe sobre el asunto -año 2024- titulado 27% of Europeans could not afford a week-long holiday (14/7/2025) La cosa ha empeorado de forma ostensible.
Resulta que los trabajadores españoles que no pueden permitirse una semana de vacaciones han pasado del 18 % al 33,4 %, que también ha aumentado la pobreza vacacional de Rumanía (58, 6 %), Hungría (39, 3 %) y Bulgaria (41,4%), que Grecia ya está en la cola (46, 0 %) y que la media europea ha subido al 27, 0 %. A ello podríamos añadir Francia (22,0), Alemania (20,8 %), Polonia (25,5%), Italia (31,4%) y Portugal (35,2 %),
Y el caso es que hay otros Estados que van mejor: Noruega (9, 3 %), Suecia (11, 6 %), Países Bajos (13,0 %), Finlandia (14, 5 %), República Chec (18, 5 %) y Austria (18, 9%).
Por qué pasa lo que pasa
Hablemos de España. ¿Por qué aumenta –de año en año- el número de trabajadores que no pueden disfrutar de una semana de vacaciones? Por ejemplo: porque no aumenta la productividad y en consecuencia no aumentan los salarios; porque la reducción de la jornada laboral y el aumento del Salario Mínimo Interprofesional genera desocupación y frena la competitividad de los pequeños empresarios; porque la economía española va como un cohete en lo que concierne a la presión fiscal y el desempleo; porque los fijos discontinuos son más discontinuos que fijos; porque los españoles nos empobrecemos día tras día.
A ello, hay que sumar una Administración y/o Gobierno –gasto y más gastos y una burocracia al alza de fijos continuos y discontinuos– que sirve a la Administración y/o Gobierno.
CCOO y UGT se van de vacaciones
Si tenemos en cuenta que el sindicalismo español reivindica que “las vacaciones son un derecho irrenunciable” –se remite al artículo 40.2 CE, a la sentencia del TJUE de 26/6/20021 y a la Directiva 93/104 de la UE que afirma que “las vacaciones son un derecho”; si tenemos en cuenta ello, los sindicatos podrían emplear una parte de las generosas subvenciones recibidas del Estado en las vacaciones de los trabajadores.
No hablo del 5% o el 30 % de descuento vacacional de los afiliados a CCOO: “Tu compromiso con CCOO te da más”, puede leerse en el encabezado del boletín de CCOO titulado Vacaciones, Apartamentos y Hoteles. CCOO es lo más parecido al sindicalismo vertical del franquismo. Unos destinos (Denia, Gandia, Chiclana, Isla Canela, Llanes, etc.) que recuerdan la Ciudad Residencial de Tarragona, la Ciudad Sindical de Marbella y la Ciudad Residencial de Perlora en Asturias.
Lo mismo ocurre con el Sacadudas de la UGT que enumera los derechos vacacionales de los trabajadores y pone a disposición de los militantes, a precios económicos, las Residencias de Tiempo Libre previa solicitud y con el carné en la mano. Más sindicalismo vertical.
El sindicalismo de clase es un ejemplo de la solidaridad. Aunque, se olvide que las vacaciones son para todos y no solo para los trabajadores con carné que pagan su cuota mensual. A eso se llama sectarismo vacacional.
Los autónomos no descansan
Puestos a decir, hay alguien ahí que se acuerde de unos trabajadores autónomos que, según advierte el informe de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), solamente el 43,7 % de los mismos podrán ir de vacaciones en verano. Por cierto, el 11, 6 % de los autónomos reconoce que nunca descansa.