Caso Asunta: el peligro de los juicios paralelos

Había decidido no opinar ni comentar nada sobre el trágico crimen de Asunta, pero el hartazgo por todo lo que tenemos que escuchar en los medios de comunicación me lleva a ello. ¿Cómo se puede comerciar y hacer un show de algo así? El papel de muchos de estos medios está siendo deplorable. Sin ánimo de ser exhaustivos, podemos hacer un resumen de algunas de las falsedades, medias verdades y datos pintorescos que se nos han ofrecido: el presunto testamento en el que el abuelo materno beneficiaba a Asunta, el móvil económico, el presunto asesinato de los padres de Rosario Porto, las colillas encontradas junto al cadáver…a lo que debemos añadir las numerosas y cada vez más increíbles entrevistas a familiares de los padres, a la farmacéutica que vendió los medicamentos, al testigo que encontró el cuerpo de la menor, a conocidos del matrimonio, o simplemente a cualquiera que pasara por allí, lo que está llevando a una espiral de competitividad entre los medios que podría llegar hasta el extremo de que Iker Jiménez practicase una ouija para entrevistar a los padres de Rosario.

Sumemos también las filtraciones de la investigación –presuntamente las historias médicas de los pacientes son privadas y secretas, pero desde el minuto uno todos supimos que Rosario había padecido trastornos psiquiátricos–, el hecho de que los registros policiales a los pisos se convirtiesen en un espectáculo muy poco edificante –en breves cobrarán entrada para verlos, con su correspondiente IVA–, las unidades móviles de la prensa con conexiones constantes desde Santiago, desde el lugar de hallazgo del cadáver –convertido en una suerte de altar–, la falta de rigor en los términos jurídicos empleados por muchos de estos «profesionales» o la falta de sensibilidad existente en la publicación y difusión de imágenes de Asunta a todas horas.

A todo ello, debemos añadir la periodicidad casi anual de sucesos similares y en los que el morbo y la mayor manifestación de amarillismo en los mass media hacen su aparición: caso Bretón, Mari Luz, Marta del Castillo, etc. Ante este panorama, cabe hacer una pregunta muy simple: cuando se constituya el jurado popular que enjuicie la causa, ¿alguien tiene alguna duda de su contaminación, de su parcialidad y de cuál va a ser el fallo? No quiero acabar sin alabar, eso sí, el hecho de que aún no se haya anunciado la reforma de la reforma de la reforma de la enésima reforma del Código Penal para incluir un tipo agravado de asesinato cuando los padres sean adoptantes, con Dios sabe qué agravantes más; tampoco se ha anunciado todavía ninguna reforma de la Ley de Adopción Internacional, ni ningún Convenio Bilateral con China…de momento.

Tenemos por tanto todo un cóctel muy peligroso: una investigación que sigue su curso, un juicio paralelo brutal en la prensa, y una tentación de legislar en caliente que siempre surge al legislador en casos como éste… Sinceramente, creo que se debería dejar hacer su trabajo al juez Vázquez Taín sin someterlo a una presión tan grande, y que los medios de comunicación dejasen de contaminar y enfangar. Algunos replicarán la existencia del derecho a una opinión pública libre y del derecho a la libertad de información; ante ello solo cabe apelar al respeto debido a los muertos, a la honestidad en la propia profesión y a la existencia de unos mínimos valores en nuestra sociedad.

Daniel González Uriel es licenciado en Derecho con Premio Extraordinario por la USC