Giorgia Meloni y el pospopulismo
Los pospopulistas conservan el liberalismo económico de la vieja derecha, así como su apego a Occidente, pero son más conservadores socialmente, más proteccionistas y mucho más duros con la inmigración
Italia siempre ha sido un laboratorio en donde se ha experimentado la política. Si nos detenemos en los siglos XX y XXI, nos encontramos con el fascismo, la democracia cristiana, el comunismo o el populismo. Nos encontramos también con personajes como Benito Mussolini, Alcide De Gasperi, Enrico Berlinguer o Silvio Berlusconi.
A esta lista hay que agregar hoy el nombre de una Giorgia Meloni –llega al poder en octubre de 2022 al frente de una nueva coalición de derecha- que, en principio, fue considerada y catalogada como una fiel heredera y representante del denominado posfascismo. No es eso. Se verá.
Giorgia Meloni pertenece al denominado pospopulismo que nos brinda una doctrina que pretende superar las ideas del populismo clásico para volver, de nuevo, al debate y la dicotomía derecha versus izquierda. Un debate que ha surgido también en Suecia, Finlandia, República Checa y Grecia.
Un debate que Thibault Muzergues ha puesto al orden del día en Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos con el ensayo Postpopulisme. La nouvelle vague qui va secouer l´Occident (2024). Un pospulismo, una nueva ola, que quizá sacuda también España.
Las razones del pospopulismo
Thibault Muzergues es de una claridad meridiana cuando muestra las razones que conducen al nacimiento del pospopulismo. Veamos. El pospopulismo es el fruto de cuatro acontecimientos que cambiaron radicalmente la situación del planeta, señalando así el fracaso del populismo original.
Primero: la crisis del Covid-19 puso a las viejas élites y a los populistas en pie de igualdad, y al final todos implementaron más o menos la misma política: confinamiento de las poblaciones (a costa de reprimir las libertades públicas y económicas), cierre total de las fronteras (a costa de una interrupción loca de las líneas de suministro), implementación de facto de una renta ciudadana universal con inyecciones masivas de dinero público (a costa de una inflación que apenas estamos empezando a controlar) y, finalmente, una apuesta exitosa por las vacunas para salir de la crisis, nuevamente a costa de duras decisiones sobre la restricción de las libertades, incluida la de no vacunarse.
Segundo: el Brexit, que demostró que las políticas populistas tenían un coste económico.
Tercero: los acontecimientos en Washington el 6 de enero de 2021, que también mostraron el posible coste democrático de entregar las llaves del poder a los populistas.
Cuarto: la guerra en Ucrania, que acabó con la imagen de Vladimir Putin como modelo a seguir para los populistas: el hombre fuerte que jugaba al ajedrez y siempre iba un paso por delante, transformado de repente en un pequeño dictador que juega al póquer, un jugador que, tras perder la suerte, sigue jugando con la esperanza de recuperarla y finalmente ganar la apuesta.
Giorgia Meloni no es posfascista
Thibault Muzergues llega a una doble conclusión: el populismo tradicional –un producto de la decepción que llena un vacío con otro vacío- está ya en declive y Giorgia Meloni no es una política posfascista. Una suerte de silogismo aristotélico del cual se deduce que Giorgia Meloni es una política pospopulista. Giorgia Meloni estaría ya “cambiando el paradigma”.
Mientras tanto, el paradigma del viejo populismo de Marine Le Pen, Geert Wilders, Matteo Salvini o Donald Trump –“el pueblo contra las élites” y “todo está podrido”- cedería ya el paso a una de las características del pospopulismo: la clásica división entre la derecha y la izquierda. Una división “mucho más clara” en que la derecha sería más conservadora ante una izquierda aún por definir por enésima vez. Advertencia: los partidos de derecha e izquierda no serán los tradicionales.
El pospopulismo de Giorgia Meloni –por mejor decir, la derecha de Giorgia Meloni- no rechaza a la Unión Europea, acepta sus directrices y subvenciones, comprende/rechaza la postura pro Putin ante la invasión de Ucrania, se opone al aislacionismo, se muestra fiel al atlantismo, impulsa nuevas inversiones militares, apoya a Israel e insiste en la necesidad del alto el fuego y la ayuda a la población civil de Gaza.
En cuestiones de economía se muestra contundentemente liberal: eliminación de la renta ciudadana para quienes sean empleables; presupuestariamente hay que mantener el equilibrio entre la reducción del déficit y las promesas electorales; menos impuestos para los ingresos más bajos; subir impuestos a aseguradoras y bancos; reducción de gasto de algunos de los ministerios. Objetivo: satisfacer las demandas de Europa y enviar una señal tranquilizadora al mercado.
En cuestiones sociales, defiende el modelo familiar tradicional, prohíbe el registro de los hijos de parejas homosexuales y lesbianas así como las madres sustitutas, favorece la natalidad mediante la reducción del IVA de los artículos y servicios para bebés, y ejecuta una política firme contra la inmigración ilegal.
Más sobre el pospopulismo
Señala Thibault Muzergues que el pospopulismo también es una doctrina de derecha que fusiona ciertas políticas públicas heredadas de la crisis populista con elementos mucho más tradicionales, y en particular el respeto a las instituciones, por definición ausente entre los populistas.
Los pospopulistas conservan el liberalismo económico de la vieja derecha, así como su apego a Occidente, pero son más conservadores socialmente, más proteccionistas y mucho más duros con la inmigración.
Un detalle que retener, advierte el autor: la izquierda podría estar lentamente avanzando hacia el pospopulismo. Un ejemplo: la izquierda danesa de Mette Frederiksen, que quiere frenar la inmigración para salvar el modelo social nacional. Lo contrario se percibe en la izquierda italiana de Elly Schlein, mucho más comprometida con las ideas woke, que dificulta la presentación de una doctrina coherente y no hará nada para mejorar las cosas.
El pospopulismo en la Unión Europea
Hoy, el Parlamento Europeo –me remito al análisis Thibault Muzergues- es al mismo tiempo más derechista y también en gran medida pospopulista: los grandes vencedores de estas elecciones en las últimas europeas son, por supuesto, los demócrata-cristianos del PPE (centroderecha), que en general han desplazado su línea hacia la derecha y están utilizando esto para consolidar su posición como el grupo más grande en el Parlamento Europeo.
Giorgia Meloni se pregunta cuánto tiempo tardarán los Estados de Europa y los Estados Unidos en pasarse al pospopulismo
Los otros ganadores son los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR) de Giorgia Meloni, que también ganaron escaños y bien podrían convertirse en el tercer grupo más grande del parlamento, superando al grupo Renew de Emmanuel Macron. Un centroderecha que ha virado a la derecha, una derecha dura que ha vuelto a ser conservadora y respetuosa de las instituciones: he aquí una combinación ganadora para estas elecciones europeas.
Quizá por ello se pregunta Giorgia Meloni cuánto tiempo tardarán los Estados de Europa y los Estados Unidos en pasarse al pospopulismo.