Con David Vila todo queda en casa en Renta Corporación

Con el nombramiento de David Vila como consejero delegado de Renta Corporación, a partir del 1 de enero de 2012, la compañía presidida y fundada en 1991 por Luis Hernández de Cabanyes refuerza todavía más el control familiar de la gestión, y se deja de pasos fugaces en el cargo, como los apenas diecisiete meses de César Bardají.

Vicepresidente desde julio de 2008 cuando reemplazó a la ex ministra Anna Birulés, Vila forma parte del núcleo duro de la empresa. Es cuñado del presidente y, junto a su esposa Ana, aglutina el 0,95% del capital social.

Será Vila el tercer consejero delegado de Renta Corporación desde que lo dejara en enero de 2007, el ‘factotum’ de la compañía Josep-Maria Farré y mano derecha de Hernández de Cabanyes en la transformación acometida durante los primeros años de la pasada década, en los que la empresa pasó de comprar y vender propiedades locales a convertirse en empresa puntera en la transformación de edificios y suelo, tanto en España como en plazas tan señeras como París, Londres, Berlín o Nueva York. En 2004 cambió la denominación, de Renta Antigua a Renta Corporación, y en 2006 empezó a cotizar en bolsa.

Entre Farré y Vila, el paso de Bardají no resultó cómodo para nadie, con una total falta de sintonía derivada, entre otras cosas, del hecho de que Hernández de Cabanyes retuviera la capacidad de acción de Bardají, reduciendo su actividad como CEO a simples tareas de dirección no ejecutiva. Y en una situación de alta tensión, la que se vivió entre 2007 y 2008, cuando la crisis del mercado inmobiliario y de la economía en general empezaba a dar los primeros síntomas de alerta.

Falta de confianza y caída de la cifra de negocios que le vino al presidente de Renta de perlas para argumentar la necesidad de llevar a cabo una drástica reducción del 35% de los costes, que supuso la salida, en julio de 2008, tanto de Bardají como de la hasta entonces vicepresidenta Anna Birulés. Curiosamente los dos cargos que, de forma sucesiva, ocuparía posteriormente David Vila. Venía Bardají de Winterthur tras dejar esta aseguradora en manos de la multinacional francesa Axa, y dejaba Renta en julio de 2008 para llegar a Gallina Blanca, primero, y después, a Panrico.

Aparentemente mucho menos traumático ha resultado el paso como consejero delegado de Juan Velayos, que seguirá colaborando en asuntos societarios, jurídicos y corporativos como profesional externo, como lo venía haciendo hasta 2007 cuando se incorporó al equipo directivo, avalado entonces por sus siete años en el bufete de abogados Uría Menéndez, tanto en Barcelona como en la oficina de México.

Han sido tres años y medio. Los más duros de la crisis, en los que la compañía ha logrado sobrevivir, refinanciando deuda, ajustando al máximo los costes y volviendo a beneficios. De casi cuatro millones entre enero y septiembre de este año frente a los más de 11 millones perdidos en el mismo periodo de 2010.

Y todo ello manteniendo a toda costa el modelo de negocio, como lo demuestran esos 16 nuevos inmuebles –casi todos para uso residencial– captados en lo que va de año. Como consecuencia de las ventas de activos a las entidades financieras acreedoras, la deuda se sitúa ahora en los 192 millones, un 35,5% inferior a la que se registraba hace un año.