De Gispert, o la confusión total en Cataluña

Al ex presidente del Gobierno José María Aznar se le criticaba, entre otras cosas, por «solemnizar lo obvio». El comentario, claro, no podía ser de otro dirigente que de Felipe González, que nunca pudo ver al líder del PP. Pero, con todo el respeto por Felipe, es cierto que a veces hay que solemnizar lo obvio, porque se puede caer en la relatividad total. Y hay que recordar algunas cosas, de vez en cuando, para no perder el norte.

En Cataluña, ciertamente, ese norte se ha perdido en los últimos años. Y, aunque hay muchos ejemplos y situaciones para demostrarlo, la última escena la ha protagonizado Núria de Gispert, que es la actual presidenta del Parlament, es decir, la segunda autoridad de Cataluña, sólo por detrás del President de la Generalitat.

De Gispert está desatada. Es independentista, ¿desde cuándo? Proclama la independencia y firma artículos con títulos tan ilustrativos como «Adiós a las ambigüedades: Unió, por la independencia», con un problema, y es que lo hace en calidad de «Presidenta del Parlament», que, –volvamos a lo obvio– en principio representa a la cámara legislativa de todos los catalanes.

¿Qué nos ponemos quisquillosos? No, es que, de vez en cuando, hay que recordar que todo el mundo debe estar allí donde le corresponde. Y muchos dirigentes políticos en Cataluña llevan años totalmente confundidos, y, lo que es más grave, confundiendo al conjunto de la sociedad catalana.

De Gispert se erige en defensora de la independencia, en el bastión de un grupo de dirigentes de Unió que va en contra de Josep Antoni Duran Lleida. Pero la independencia, la personal y política, se alcanza cuando uno no depende de estructuras partidistas que te han posibilitado estar dónde estás.

¿Porque quien designó y cómo a De Gispert para ser consellera de Justicia en los gobiernos de Jordi Pujol? ¿Tuvo algo que ver Duran Lleida en que fuera ella quien le sustituyera al frente de Governació en 2001, cuando él dejó el Govern porque Pujol había elegido a Artur Mas como conseller en cap y su sustituto al frente de CiU? ¿Y quién trabajó para que De Gispert, como representante de Unió, fuera presidenta del Parlament en 2010? ¿Era independentista entonces?

Todo eso, claro, puede que sean cosas menores. Pero después están sus arengas a jóvenes estudiantes en el Parlament, cuando, recientemente, les ha invitado a que se manifiesten en las Diades independentistas del 11 de septiembre.

Y les explica que en 1714 hubo una guerra «en Barcelona y en Cataluña y ganaron, no los catalanes, sino los otros», sin el menor rigor.

¿Solemnizamos lo obvio?