Diccionario abreviado Sánchez 

Pedro Sánchez apela a la responsabilidad y admite que él también ha cometido errores. Pero ¿habla claro? El Diccionario abreviado Sánchez desvela el significado de algunas de las palabras y expresiones que habitualmente usa el presidente

El Diccionario abreviado Sánchez, conocido popularmente como el DAS –un diccionario que va ampliando diariamente las entradas a la manera de la Wikipedia-, pone al descubierto el argumentario de Pedro Sánchez.  

Ese argumentario –Yo, el Supremo, podría titularse, sacando a colación a Roa Bastos- que enumera las virtudes de su mandato: las reformas estructurales, el impulso de las energías renovables y el autoconsumo, el mecanismo ibérico o las rebajas de la factura eléctrica. Pedro Sánchez muestra el propósito de defender a la gran mayoría –especialmente a los colectivos vulnerables- contra el poder de los grandes. Apela a la responsabilidad y admite que él también ha cometido errores. Pero –dice-, habla claro. ¿Pedro Sánchez habla claro? El Diccionario abreviado Sánchez desvela el significado de algunas de las palabras y expresiones que habitualmente usa el Presidente.       

Algunas entradas del DAS  

Después de algunas entradas del Diccionario abreviado Sánchez, se enumeran las intenciones explícitas de su discurso.          

Arrimar el hombro: Que las empresas y los empresarios cedan a las presiones y las pretensiones de los sindicatos llamados de clase.  

Cambio climático: Expresión que se utiliza para culpar a la Naturaleza de las negligencias del Gobierno. Los incendios de verano, por ejemplo.    

CIS: Agencia demoscópica pública que, temporalmente, ha sido privatizada al servicio del Gobierno del PSOE. Objetivo: marcar una tendencia favorable al PSOE y dirigir el voto ciudadano hacia el PSOE. Hay que dar la vuelta a las encuestas que señalan la victoria del Partido Popular.  

Clase media trabajadora: Expresión sin contenido que difumina la ideología con el objetivo de ampliar el mercado electoral favorable al PSOE.   

Europa me copia: Otra falacia. La Unión Europea grava los beneficios extraordinarios de las gasistas, las petroleras y el carbón, mientras que España grava la facturación. La Unión Europea no grava los beneficios bancarios, mientras que España sí lo hace. En la Unión Europa el destino del dinero recaudado por el gravamen es finalista, mientras que en España engrasa las subvenciones populistas del Gobierno. La Unión Europea no contempla topar el precio del gas, mientras que en España ya se ha topado. No es una casualidad que el Gobierno se vea obligado a adoptar la legislación española a la europea. Europa no nos copia.  

Grandes Corporaciones Energéticas: Empresas culpables de obtener beneficios económicos que suelen repartirse entre los directivos, los trabajadores, los inversores y los accionistas. La sentencia: doble imposición fiscal. ¿Por qué? Porque, “llevan del ronzal al PP y a la derecha mediática de este país”.   

Guerra de Putin: Una excusa para cargar sobre los demás las negligencias, errores y mala gestión, especialmente en el ámbito de la economía. 

Imposible un acuerdo con el PP: Una expresión fraude. El Presidente ya tiene sus acuerdos de cabecera –con Podemos, ERC y Bildu a precio de mercado- que le permiten gobernar de día y dormir de noche.      

Inflación (1): Yo no soy culpable  

Inflación (2): Una oportunidad para aumentar la carga fiscal de las grandes compañías eléctricas y las grandes entidades financieras.   

Insolvencia: Ver Partido Popular 

Mala fe: Ver Partido Popular  

Partido Popular: El partido de “los de arriba” y de la oposición “destructiva y desaforada”. El partido que ha generado una nueva patología bautizada como “la decepción de país con el PP” que, entre otros síntomas, se caracteriza por “esconderse en la equidistancia” y por la defensa de los “intereses particulares” de las grandes empresas, las grandes entidades financieras y los grandes medios de comunicación afines.   

Poderes oscuros: En síntesis, el capital y la prensa crítica al servicio –dice- de la derecha. Curiosamente –hablando de poderes ocultos: bien visibles, por cierto- no aparece ni la prensa al servicio de la izquierda, ni Podemos, ni ERC, ni Bildu.  

Progresista: Una manera de ser, pensar y hacer –paternalista y en posesión de la verdad y la línea correcta que seguir- que se mueve entre la revelación laica y la promesa de la redención terrenal. Ni Dios, ni la Virgen, ni el Espíritu Santo. Pero, sí la ecología, el feminismo, el LGTBI, el multiculturalismo o el indigenismo.    

Renovación del Poder Judicial: Hay que renovar el Poder Judicial. Pero, menos. Y es que al Presidente –de ahí la falta de acuerdo con la oposición-  ya le va bien que el Partido Popular no se avenga a la renovación. Así puede culparle –una baza electoral- de una situación inaceptable que se reparte proporcionalmente entre unos y otros.    

Sánchez, Pedro: YO 

Topar el precio del gas: Un brillante ejercicio de malabarismo y de marketing. De malabarismo, porque la contención penaliza –sin saberlo- a quienes tienen un contrato de mercado libre con precio fijo. De marketing, porque se ha conseguido que la ciudadanía crea que es el Gobierno quien nos rebaja unos precios que realmente no bajan, sino que se trasladan –de forma diferida- a los consumidores.   

Votar siempre que no: La votación conjunta en el Congreso de diversos decretos de contenido distinto, facilita que un partido político se vea obligado a aceptarlos o rechazarlos en bloque. Una trampa saducea que permite a Pedro Sánchez decir que el Partido Popular es el partido que siempre vota no.  

Las intenciones explícitas del DAS  

En primer lugar, desempeñar el papel de oposición de la oposición.  

En segundo lugar, construir un relato que satisfaga los deseos de la ciudadanía de izquierdas y así tomar la iniciativa.  

En tercer lugar, construir la imagen de un adversario político –el Partido Popular y el Capital- que deviene el enemigo del pueblo.    

En cuarto lugar, mostrar que el PSOE es el amigo del pueblo que siempre está dispuesto a protegerle y defenderle. 

En quinto lugar, persuadir y movilizar el espacio perdido de la izquierda. 

Todo ello, convenientemente empaquetado, se añade a la cesta de la compra elaborada por el Ministerio de Consumo.