El acuerdo para el brexit: victoria para la UE

Hasta finales de 2020 el Reino Unido seguirá cumpliendo con sus obligaciones financieras respecto a la UE y participando en el mercado común

La unidad de los 27 estados miembros de la UE frente al órdago planteado por el Reino Unido, desde que un 51,9% de los británicos en junio de 2016 decidieron abandonar el mayor mercado común del mundo, ha sido ejemplar.

El comisario encargado de negociar el brexit, Michel Barnier, ha podido mantenerse firme porque los 27 estados miembros – incluso los gobiernos populistas de Europa oriental – no han cedido ante las amenazas o irresponsables planteamientos del gobierno de Theresa May.

Reino Unido abonará sus contribuciones ya contraídas a los presupuestos de la UE en 2019 y 2020

Las líneas rojas fijadas por Bruselas desde el principio han sido el pago por parte del Reino Unido de sus compromisos financieros ya contraídos, el mantenimiento de los derechos de los ciudadanos de la UE que residen en el Reino Unido y no levantar una frontera entre Irlanda del Norte e Irlanda. Respecto a la factura del divorcio, May acepta abonar 50.000 millones de euros.

Dicha cifra engloba las contribuciones ya contraídas legalmente por el Reino Unido respecto a los presupuestos de la UE en 2019 y 2020 (7.000 millones de euros en cada uno de los ejercicios), la cuota británica (13%) de proyectos que se aprueben durante los dos próximos años por parte de la UE y la cuota británica de las pensiones y beneficios sociales de los funcionarios de la UE.

Los tres millones de ciudadanos de la UE que viven en el Reino Unido podrán seguir disfrutando del derecho de residencia, trabajo, estudio, reunificación familiar y asistencia sanitaria. Esta igualdad de derechos respecto a los británicos se aplicará a los ciudadanos de la UE que ya residen en el Reino Unido así como los que lleguen hasta el vencimiento del plazo transitorio en 2020.

El gran obstáculo del brexit es ecómo evitar que se levante una frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte

Aunque simbólicamente el Reino Unido abandone la UE en marzo de 2019, hasta finales de 2020 continuará sometida a la jurisdicción del Tribunal Europeo de Justicia y los estándares y regulaciones del mercado único de la UE, incluyendo la libertad de movimiento de personas.

A cambio, el Reino Unido mantendrá su acceso al mercado común para sus bienes, servicios y capital. El gran obstáculo no resuelto en el protocolo entre Londres y la Comisión es cómo evitar que se levante una frontera entre Irlanda (miembro de la UE) e Irlanda del Norte que impida el movimiento de bienes.

Por consiguiente, el protocolo prevé que el periodo de transición podrá extenderse más allá de 2020 para encontrar una solución respecto a Irlanda, pero la petición británica al respecto tendrá como plazo máximo el 1 de junio de 2020.

En definitiva, por lo menos hasta finales de 2020 el Reino Unido seguirá cumpliendo con sus obligaciones financieras respecto a la UE y participando en el mercado común. Pero Londres no tendrá ni voz ni voto en las instituciones europeas.

La salida de May del gobierno británico

El protocolo significa que el brexit de marzo de 2019 es simbólico, ya que el Reino Unido se mantendrá en la UE a efectos legales y financieros hasta por lo menos finales de 2020. No es de extrañar que el anuncio del protocolo haya provocado la dimisión de distintos ministros y altos cargos del gobierno de May, así como la oposición de la mayoría de los diputados Tories en el Parlamento.

Es posible que el descontento con Theresa May entre los votantes, ministros y diputados del Partido Conservador produzca su salida de Downing Street. No faltan candidatos que rechazan el acuerdo y gozan de popularidad, por ejemplo el ex ministro de Exteriores Boris Johnson.

Se alzan cada vez más voces que reclaman la celebración de un segundo referéndum. Desde junio de 2016 la demagogia de los brexiteers duros se ha estrellado contra la postura sin fisuras de los 27. Los brexiteers duros aún pueden hundir el acuerdo forjado por May con la Comisión.

En dicho caso, sería el Reino Unido quien saldría más perjudicado.