El covid y un nuevo orden económico mundial

Una parte de la capacidad productiva va a quedar obsoleto, es decir, no se va a volver a utilizar nunca más

El Covid-19 se ha materializado en la mayor crisis desde la segunda guerra mundial. De alguna manera estamos asistiendo a una tercera guerra mundial, diferente a las dos anteriores.

En esta ocasión no será la supremacía militar la que determinará el ganador si no la denominada inteligencia y la economía serán los factores que determinarán los ganadores y perdedores.

Una guerra en cuatro fases

La guerra actual previsiblemente tendrá cuatro fases. La primera, la que estamos viviendo, es la sanitaria. En esta etapa se impone el miedo, el sobrecogimiento y el dolor La segunda, será la económica.

La tercera será la crisis social, sin duda, serán las fases más duras. En estas fases el miedo es sustituidos por la rabia y la frustración.  La cuarta, será la geopolítica. Todo lo anterior, posiblemente tendrá su reflejo en un nuevo orden político y económico mundial y en cambios políticos de calado en un gran número de países.

El mundo tras la vacuna

Hoy los medios de comunicación están focalizados en el número de contagios diarios. Han reducido la realidad a un virus. El covid no terminará cuando se supere la fase sanitaria con la vacuna. No será el fin de la guerra.

Superada la fase sanitaria, ocuparán el primer plano informativo las consecuencias económicas y sociales. Nos encontraremos con una situación desconocida.

En las guerras convencionales se produce una destrucción de la capacidad productiva tanto del capital físico como humano. La reconstrucción del capital supone destinar ingentes recursos con un impacto positivo sobre el PIB.

Por el contrario, en la actualidad la capacidad productiva se ha mantenido intacta. Nos encontramos en una situación de exceso de capacidad productiva.

Otro elemento diferenciador es que una parte de ese exceso de capacidad productiva se va a quedar obsoleto, es decir, no se va a volver a utilizar nunca más. Una parte de los negocios, comercios y hostelería que se han visto obligados a cerrar no volverán a abrir nunca. Personas que han perdido su trabajo no volverán a trabajar jamás.

El precedente de «la gripe española»

Profundizaré en otros artículos sobre las medidas de política económica que se deber tomar para superar una crisis cuyo origen es novedoso. La mayor similitud en la historia reciente la podemos encontrar es la mal llamada gripe española que tuvo lugar hace un siglo coincidiendo con la primera guerra mundial. 

En la situación actual los planes de reconstrucción están abocados al fracaso y a una pérdida de recursos económicos.

«No se puede hacer recaer el peso de la recuperación exclusivamente en la política monetaria»

Por el contrario, debemos esforzarnos en hacer planes de reconversión del capital físico y humano. Imprescindible en un contexto de revolución industrial en el que vivimos marcado por la digitalización.

Por otra parte, no se puede hacer recaer el peso de la recuperación exclusivamente en la política monetaria como si se tratase de una crisis financiera. En las actuales circunstancias, la política fiscal tiene que ser expansiva. La expansión fiscal para ser eficaz debe basarse en una reducción de impuestos y no en un aumento del gasto público.

El riesgo de torcer el mundo más de un siglo

Los medios de comunicación están dando de lado a la crisis social. Las colas del hambre que están engrosando profesionales, autónomos que antes del covid pertenecían a la clase media es una realidad. La dureza del drama social dependerá de la duración de la crisis económica.

Por último, si la crisis financiera impulsó los populismos, de distinto signo, el covid tiene el riesgo de provocar un tsunami en nuestros sistemas democráticos y de libertades. La crisis social se puede materializar en el totalitarismo y el colectivismo como solución a los problemas. Entonces, el mundo retrocedería más de un siglo.