El cuento de la `babysitter´ feminista

Paglia ha sido tildada por las feministas de provocadora, machista, misógina, wonder woman, necia y repulsiva

Las últimas celebraciones del Día Internacional de la Mujer, así como determinadas manifestaciones de políticas con mando en plaza, invitan a releer a Camillle Paglia como antídoto frente al sectarismo y el complejo de superioridad del feminismo de izquierda y/o radical.  

Paglia -escritora y ensayista italoamericana, discípula de Harold Bloom y profesora de humanidades en la Universidad de las Artes de Filadelfia– es autora de tres libros de gran impacto en la cultura norteamericana: Sexual Personae  (1990), Sex, Art and American Culture (1992) y Vamps & Tramps. Más allá del feminismo (2001).

Paglia defiende los valores femeninos, ridiculiza a los intelectuales de izquierda, y se define como libertaria y lesbiana

Nuestra autora ha sido una estrella del movimiento pop, protagonista de debates sobre temas escabrosos, crítica del movimiento feminista y gay, y amiga de la drag queen a quien considera la encarnación de la realidad andrógina del ser humano.

Además, defiende los valores femeninos, ridiculiza a los intelectuales de izquierda, y se define como libertaria y lesbiana. Todo ello, condimentado con una marcada vocación iconoclasta que toma cuerpo en un verbo incisivo, agresivo, irónico y, con frecuencia, ofensivo.

Vale decir que, más allá de su actitud intelectualmente provocadora e iconoclasta, se encuentra una escritora y pensadora solvente que no sólo rompe con la corrección política y cultural, sino que lo hace basándose en una investigación artística, literaria, antropológica y psicológica.

Paglia asume un feminismo que confíe en la acción independiente -agresiva, si se tercia- de unas mujeres autónomas

Si nos detenemos en Vamps &Tramps. Más allá del feminismo  -editado en castellano por Valdemar, con traducción de Santiago García y excelente prólogo de Jesús Palacios-, Paglia propone un feminismo revampirizado –modernizado- con la intención de renovar el feminismo reivindicando la figura de la vampiresa.

¿La substantividad de ese feminismo que bebe en las fuentes libertarias del 68? Responde: un feminismo callejero que huya del victimismo, el proteccionismo, el paternalismo y el infantilismo del feminismo estalinista dominante que desea convertir el mundo en una guardería. ¿Les suena?

Un feminismo que confíe en la acción independiente -agresiva, si se tercia- de unas mujeres autónomas. También, un feminismo que apueste por una mujer sexualmente libre.

Paglia ha sido tildada por las feministas de provocadora, machista, misógina, wonder woman, necia y repulsiva. Pero, sus ideas han calado en el mundo anglosajón –Elizabeth Fox-Genovese, Wendy McElroy, Katie Roiphe o Christina Hoff Sommers-.  

Y hay quien sostiene que la televisiva Ally McBeal fue/es la expresión de un paglianismo que huye del victimismo y el proteccionismo feministas.

La necesidad de un postfeminismo

Treinta años después de su formulación, las ideas de Paglia –documentación, crítica, propuestas, ingenio e  ironía- se perciben, en grado diverso, en trabajos como, entre otros, los de Helen Fisher, Gilles Lipovetsky o Caitlin Moran.  

Un postfeminismo crítico que va más allá de la cultura de la queja de un movimiento feminista –displicente, sectario y aquejado de complejo de superioridad, decíamos al inicio- repleto de tópicos que es incapaz de superar sus propios y estrechos límites.

Paglia, por así decirlo, todavía mantiene el encanto de la mujer perversa que desea que Ella –sin renunciar a la belleza y la sensualidad- piense, actúe y se defienda haciendo oídos sordos al cuento de la babysitter feminista de turno, siempre empeñada en indicar el recto camino que seguir bajo pena de excomunión feminista.