El indulto empeorará las cosas

El nacionalismo es una bestia insaciable cuyo único objetivo es la destrucción del Estado para la construcción de uno propio

Desde 1977 mil veces los gobiernos de España pactaron con el nacionalismo, mil veces dijeron que el fin de esos acuerdos era integrar al nacionalismo en la España constitucional y cerrar el debate autonómico. Nunca sucedió tal cosa.

Mil veces el nacionalismo justificó esos acuerdos frente a los suyos no como un punto final, sino como un punto y seguido, un paso más, nunca el último, hasta el objetivo final que no era, no es y no será otro que la independencia.

El camino hacia la difuminación de España, a nuestro debilitamiento como Nación y a la pérdida de pulso colectivo se construye durante décadas sobre pactos de investidura, pactos presupuestarios y otros pactillos. A cada necesidad del Gobierno de turno, una concesión, da igual que fuera Suárez, Felipe, Aznar, Zapatero, Rajoy o Sánchez. Solo por un instante en octubre de 2017, cuando las cosas no podían llegar más lejos, pareció que los partidos nacionales fueron conscientes de que llevaban lustros pactando con un monstruo insaciable.

UPyD de Rosa Díez nació, según ella afirma, para evitar que la gobernación de España dependiera, aritméticamente, de aquellos que la quería destruir, hoy Cs no es su heredero, dado que pacta con Sánchez simultáneamente con Bildu y ERC.

Cuando Felipe González perdió la mayoría absoluta, allá por 1989 firmó con CiU y el PNV un pacto llamado, nada más y nada menos, ¡Pacto Constitucional! Años más tarde Aznar pretendió con la extinción de los Gobernadores Civiles en toda España y la Guardia Civil en Cataluña cerrar el círculo reivindicativo. Maragall intentó superar al nacionalismo proponiendo una reforma estatutaria que nadie quería. Sánchez dijo al llegar a Moncloa que él bajaría la tensión con el independentismo pero hoy el independentismo no ha rebajado sus exigencias y si está más débil es por su división interna y por la acción de la justicia.

«Al nacionalismo solo le vale la independencia»

La respuesta del nacionalismo fue siempre la misma, desde el minuto uno destrozaron a Aznar -y dieron alas a ERC que paso en una legislatura de 1 a 8 escaños en el Congreso- y la misma ERC acabó pidiendo el voto negativo al nuevo Estatut impulsado por un gobierno del que ellos formaban aduciendo que dicho estatuto no era suficiente. Al nacionalismo solo le vale la independencia, pero ese referéndum, les permitió ver que podían seguir avanzando hacia el objetivo final y luego vinieron dos falsos referéndums más, el 9-N y el 1-O, que actualmente no son más que otras dos metas volantes del nacionalismo.   

La tramitación del indulto, la revisión del delito de sedición, la lluvia de millones a costa de otros territorios y compatriotas no amansa la fiera nacionalista, todo lo contrario, la anima, le hace ver que va por buen camino, que el Gobierno de España no tiene estrategia más allá de la supervivencia aritmética en el Congreso y que apretar les acerca a su único objetivo: la independencia.

La tramitación del indulto, la revisión del delito de sedición, no amansa la fiera nacionalista, todo lo contrario, la anima

Vetar al Rey en la entrega de despachos a nuevos jueces no es “tener una agenda inteligente del Rey en Catalunya” como ha dicho Miquel Iceta en una entrevista con Josep Cuní, es una concesión más. El Rey ya no puede pisar Gerona y pronto no podrá ir a ningún lugar de Cataluña. ¿Qué otro ejemplo queremos de que las cesiones no aplacan al independentismo sino que le envalentonan? Es la segunda vez en tres meses en la que se altera la agenda de SM El Rey en Cataluña. En su día la Escuela Judicial se ubicó en Barcelona, bienvenida sea, con la justificación de que eso acercaría la justicia a los catalanes, otro esfuerzo inútil, el nacionalismo no busca cercanía a nada español sino crear sus propias estructuras.

El indulto se tramitará, el delito de sedición se reformará, los mismísimos gobernantes españoles pedirán en Bruselas árnica para sus aliados parlamentarios independentistas, y estos responderán con más madera… para ellos es la guerra, y las concesiones no dan paso a la tregua, son el mejor momento para rearmarse.

El indulto tendría sentido si el independentismo hubiera manifestado alguna voluntad de acuerdo con el Gobierno de España, el indulto sería planteable si antes el independentismo reconociera que Cataluña es plural social, política y culturalmente.

El independentismo no ha realizado paso alguno hacia la solución de lo que ellos llaman conflicto con España, que no es más que un eufemismo. El independentismo solo acepta como final del procés la rendición del Estado y quedarse con millones de catalanes no independentistas como rehenes. Es por todo esto que el indulto solo empeorará las cosas, cada concesión es amortizada de inmediato por el nacionalismo y la siguiente negociación parte de cero sin tener en cuenta la concesión previa.   

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