El largo gobierno del PP
Cada uno de los cuatro partidos comprometidos en la gobernabilidad de España, PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos, han hecho lo correcto en beneficio de sus intereses políticos. La pregunta es qué ocurre cuando, aun consiguiendo cada uno beneficio, el resultado no permite avanzar en el objetivo esencial de la gobernabilidad de España.
Un escenario que encierra la paradoja en la que los objetivos logrados son, a su vez, el fracaso que impide crear las condiciones para alcanzar el gobierno. La cuestión a la que asistimos es que ninguno de los cuatro actores quiere ver comprometido su espacio político al sumarse a los otros. Asistimos a una política egoísta en un primer acto; el segundo será con las nuevas elecciones, en las que se definirán las condiciones para conseguir los acuerdos que ahora son impensables.
Las encuestas sugieren que es probable que una mayoría de centro derecha, PP y Ciudadanos, permita construir una sólida mayoría de gobierno. Un escenario que llevaría a toda la izquierda a una oposición fragmentada. Una oposición donde los diferentes partidos, especialmente PSOE y Podemos, batallarán por liderarla.
Dicho de otro modo, mientras el centro derecha se fortalecerá en el gobierno, las izquierdas se pueden ver arrastradas a un paulatino debilitamiento. En dos procesos electorales podemos pasar del cambio a la consolidación del modelo de estabilidad renovadora que impulsará PP y Ciudadanos.
Pasaremos de una parte mayoritaria del electorado que pedía nueva política para afrontar la crisis económica, la corrupción, el paro, y la reforma constitucional a un electorado que castigue a la izquierda por no ser capaz de haber alcanzado un acuerdo. Estamos pues ante el posible escenario de una contra-reacción a la falta de reacción de la izquierda.
En este pequeño margen de especulación que abren las encuestas, no es de extrañar que una parte de la opinión pública empiece a valorar como exitosa la estrategia del PP al resistirse a los cantos de sirena que ha propuesto Ciudadanos con el fin de pactar la gobernabilidad entre PSOE, Ciudadanos y el PP. La no-acción del PP convertida en votos. Y el esfuerzo por conseguir el acuerdo de Ciudadanos premiado también con más apoyos.
Este posible escenario, que bien puede surgir tras las más que probables nuevas elecciones, dejará en evidencia a la izquierda española y situará a España ante un gobierno reformador, aplazando la idea romántica de un profundo cambio. Un gobierno reformador de centro derecha en España en contraste con la España de las ciudades dominada por la nueva izquierda.
Nos hallaremos entonces ante una legislatura donde la oposición al futuro gobierno de Rajoy no se encontrará en el parlamento sino en las ciudades de Colau, Carmena o Joan Ribó. Todo ello como resultado de que todos los partidos, en defensa de sus intereses, nos proponen nuevas elecciones. Y todo ello se habrá realizado con el PP en el gobierno desde hace más de cuatro años.