El PSUC se deconstruye para poder gobernar contra Mas

El panorama político en el conjunto de España provoca una gran confusión. Pero, tras las elecciones municipales y autonómicas del 24 de mayo, hay algunas cuestiones que comienzan a esclarecerse. Una de ellas es la siempre reclamada unidad de la izquierda. La derecha lo consiguió, bajo el mandato de José María Aznar, y ahora tiene el problema de encontrar un socio –tal vez lo pueda ser Ciudadanos– teniendo en cuenta una máxima que se repite a lo largo de los años, desde la transición: en todas las encuestas del CIS los españoles se autoubican entre el 4 y el 5, es decir, en posiciones de centro-izquierda.

Esa izquierda sigue viviendo de algunos mitos. Uno de ellos es el papel del PSUC en Cataluña, y del Partido Comunista en el resto de España, como catalizadores de la oposición al franquismo, y como grandes referentes que, con sus cesiones, lograron la democracia en España. No es el espacio para debatir sobre ello.

Pero sí es importante constatar los esfuerzos en Cataluña para que aquel PSUC, bien cocinado y desestructurado, siguiendo las lecciones de Ferran Adrià, pueda resucitar ahora con una gran coalición de la izquierda, con mando en plaza, y con los socialistas en un segundo plano, a diferencia de lo que ocurrió en la transición.

Iniciativa per Catalunya, que se reivindica como sucesora de aquel viejo PSUC, lo quiere intentar. Y ha logrado que Podemos se sume al proyecto, que pasa por una candidatura similar, aunque distinta, a la de Barcelona en Comú, que con Ada Colau al frente ha ganado la alcaldía de la capital catalana.

Más allá de cuestiones anecdóticas –pero que señalan las extrañas cosas que ocurren en Cataluña– como la candidatura de la monja Forcades con Procés Constituent, el intento es serio: ICV, EUiA, Podemos, Procés Constituent, los grupos cercanos a la CUP, o la misma CUP, buscarán la victoria en las elecciones catalanas del 27 de septiembre contra Artur Mas, porque uno de los objetivos siempre es ir en contra de algo. 

Quieren que se recupere el eje izquierda-derecha, pero teñido con el derecho a decidir, catalanista, con la idea de buscar un cambio político en España, de transformación social. Y eso se llama PSUC, pero deconstruido, como lo cocinaría Ferran Adrià.