Empleo y desempleo
El empleo en España aumenta en 63.355 personas registradas de media mensual en la seguridad social. De forma desestacionalizada, 32.492 personas, la mitad que en el mismo período del año pasado. Estamos en crecimiento del empleo, luz, pero no con la misma intensidad de crecimiento que el año pasado, una sombra.
El desempleo aumenta en 2.231 personas, tendencia negativa que contrasta con las importantes reducciones que se produjeron en el mismo período de 2015 y 2014. En términos desestacionalizados el paro se redujo en 21.959 personas.
En términos interanuales nos movemos en buenos datos en relación con el crecimiento del empleo, 495.490 ocupados más. Y también una reducción del desempleo de 359.167 personas inscritas en los servicios públicos de empleo (antiguo INEM).
Buenos datos del mercado laboral, aunque el leve incremento del paro en febrero se deberá seguramente a que se incorporan personas hasta el momento inactivas por desánimo laboral que, ante una mejora de las oportunidades laborales, se inscriben en el registro del desempleo por si ello significara un canal para encontrarlo.
La contratación indefinida aumenta, a pesar de que el conjunto se mantiene en niveles de temporalidad injustificables por la no causalidad de los puestos de trabajo.
Baleares, Comunidad Valenciana, Catalunya, Madrid y Canarias muestran un mayor dinamismo laboral que el resto de comunidades autónomas. Hecho que puede explicar más el factor turismo y comercio que el de otras actividades en la producción de bienes y servicios.
Los indicadores laborales mensuales no nos dan más pistas que la tendencia que expresan y, al ser datos registrales, no nos garantizan una visión exhaustiva del comportamiento del mercado de trabajo.
Pero podemos decir que este mes de febrero, a pesar de expresar un menor crecimiento del empleo que en años anteriores, y un aumento del paro por la activación de la población desanimada, es un buen mes en la perspectiva laboral.
En términos de calidad del empleo son buenos indicadores la reducción del desempleo juvenil y también, por otra parte, el aumento de la contratación a tiempo completo igual a la media general de crecimiento del empleo.
La encuesta de población activa del segundo trimestre, en abril, nos permitirá ver si detrás de estos datos hay una realidad laboral que los sostiene en su consistencia estructural, o si solo son un elemento de coyuntura y en la superficie.
Dar buenas noticias siempre es mejor que dar malas, pero darlas por buenas e incontestables sería seguramente esconder que el débil crecimiento y la fragilidad de la contratación temporal no nos permiten decir que esta buena noticia del mes esconde que el mercado laboral español sigue en crisis y que el ritmo de recuperación es demasiado débil para convertir una buena noticia en esperanza.
Si no nos anima la propaganda y si queremos ser analistas algo rigurosos, solo es una buena noticia. Vamos en un buen camino pero es necesario mejorar.