Emprendedores como remedio

Desde hace meses sabemos que nuestra crisis es triple. Una transición en el modelo, un ejemplar ajuste de los condicionantes de crecimiento económico nos espera. Por una lado la consabida crisis global y financiera, menos global de lo dicho y menos financiera de lo explicado, luego la doméstica, esa que gira en torno a la contracción de consumo y sectores motor y una tercera menos perceptible pero tan venenosa como las otras y que tiene que ver con la contracción del sistema y de sus valores emergentes. Ese tercer factor de crisis responde a la falta de iniciativa y capacidad de quienes, en otros momentos difíciles, adoptaron su posición de liderazgo político, social o económico. No tenemos ni gestores públicos de alcance, ni un escenario social dinámico, ni gozamos de una base emprendedora con suficiente espíritu de sacrificio como para alcanzar éxitos notables. Esperemos que de este lodazal, con el tiempo aparezca el talento y la iniciativa que, aunque incipiente, empieza a asumir su protagonismo.

Sin embargo la crisis española es muy específica, muy particular y responde a un elemento que no tienen el resto de países al nivel que nosotros si. El paro es el problema. Los datos de paro que simuladamente ofrecieron durante meses buenas noticias gracias a un nocivo plan E se diluyen en la espesura de la noche. En unos días llegará la Encuesta de Población Activa y acabaremos de orinarnos encima. El mercado de trabajo de este país es tremendamente cíclico y no genera ocupación hasta un crecimiento del 2,4% según algunos expertos, cosa que yo pongo en duda. A mi me da que en pleno cambio de modelo, el crecimiento del 2,4 es insuficiente. Este país no creará empleo hasta 2013 en caso de que empiece a crecer por encima del 2,8%.

Los motivos son muchos, por ejemplo, la falta de movilidad de los trabajadores y su segmentación. En lo primero destaca que la tasa de desempleo tenga una diferencia de más de 14 puntos porcentuales entre Aragón y Andalucía por ejemplo y en lo segundo que el 32% de los jóvenes estén parados. Un país que se ha levantado 2 millones de parados en poco más de un año, que se chupado un plan de estímulo enterito que ahora hay que pagar y que ni ha despeinado a la tasa de paro, es un país abocado al fracaso como estructura económica. Seguramente es momento de pasar del Estado y empezar a pensar en uno mismo. Me cansa estar criticando… Leer más…