Eurostat ha vuelto a dar otra bofetada a Pedro Sánchez: España es la última en la Unión Europea por el número de indicadores en rojo que hablan de la salud económica de un país: deuda, costes laborales… Pero nuestro presidente del Gobierno los encaja como un experimentado boxeador y se lanza una vez tras otra al ring convencido de que puede aparentar que está en forma para seguir en el cuadrilátero. La realidad, sin embargo, es tozuda.
Por si fuera poco, el bicho no descansa, muta, se transforma y ataca de nuevo vidas y bienes de nuestra sociedad, mostrando cada hora que pasa que el combate, volviendo a los términos pugilísticos, está lejos de terminar. Debería tomar nota el gobierno, todos, de que la nueva variante sudafricana del coronavirus puede ser está vez un KO mucho más duro aún que el anterior, sobre todo en una economía como la nuestra tan dependiente del consumo privado y el turismo.
Y para terminar este episodio de la Plaza nuestros analistas -Alejandro Ramírez, Nuria Val y Alex Sàlmon- han pasado revista a la situación creada en Cataluña, y en España, por la reciente decisión del Tribunal Supremo de obligar a la Generalitat a dar el 25% de la enseñanza en castellano o en catalán, pero ninguna de las dos lenguas oficiales en la comunidad autónoma puede estar por debajo de ese porcentaje en ningún caso. La Generalitat ya ha afirmado que va a desobedecer. El Gobierno que a ver qué pasa. Todo muy triste, muy peligroso: nos jugamos la prevalencia del Estado de derecho.
