Estamos a tiempo

Se mire como se mire, el gran perdedor de estas elecciones es el Partido Popular. Si consideramos estas elecciones como unas simples autonómicas, como ellos defendían, el resultado que obtienen en escaños es un desastre y los relega a las últimas filas del Parlament. Ciutadans los ha barrido literalmente. En términos plebiscitarios, no puede conformarse con deslegitimar el resultado porque el independentismo no haya conseguido más del 50% de los votos. Y representa una bofetada en la cara contra el inmovilismo de Rajoy, que ha hecho de la pasividad una forma de afrontar los problemas que, por una vez, ha resultado ineficaz.

Sin embargo, ese mismo resultado no habilita a los partidos favorables a la secesión para defender esa opción con posibilidades de prosperar, al menos a corto plazo. Los catalanes han votado de manera masiva por un cambio profundo en las estructuras del Estado. Pero no es suficiente para lanzarse de manera unilateral hacia una aventura arriesgadísima y sin ninguna garantía de éxito.

Creo que estamos ante una oportunidad única de cambiar España de una vez para siempre. Estamos a las puertas de unas generales. Es el momento de presentar un modelo creíble de Estado Federal, que mejore sustancialmente las condiciones financieras de Catalunya y blinde sus competencias en materia de lengua y cultura.

Ha votado más gente que nunca. Han salido votos de debajo de las piedras. Nadie puede discutir la validez democrática del resultado, y estamos a tiempo, por última vez quizá, de encontrar una solución al conflicto.

Catalunya está en apariencia partida en dos, pero hay un dato incontestable: NO QUEREMOS QUE TODO SIGA IGUAL, pero tampoco hay una mayoría clara por la ruptura. A partir de ahora hay que recuperar el diálogo, esperando a que los interlocutores cambien después de las generales. Todo está abierto. Hay tiempo para evitar el desastre de una secesión unilateral. Todo depende de la inteligencia de los partidos estatales y del resultado de esas elecciones generales.