Cataluña no recuperará competitividad solo con discursos

Los datos sobre el estancamiento y problemas de la economía catalana no vienen de estudios interesados

Salvador Illa viajo hace unas semanas a Milán y asumió la presidencia de los llamados cuatro motores de Europa: Lombardía (Milán), Ródano-Alpes (Lyon), Baden Wurtemberg (Sttutgart) y Cataluña. Si bien no son en realidad los cuatro motores reales de Europa, todas juntas alcanzas un PIB 1.715.000.000 millones de euros, de los que Lombardía aporta 490.000, la región de Lyon 270.000, Baden Wurtemberg 650.000 y Cataluña unos nada despreciables 316.000 millones de euros. 

Illa y Collboni se están esforzando en lanzar la idea de que Cataluña ha abandonado el aislacionismo procesista. Sin ir más lejos el alcalde dio una conferencia hace pocos días en Madrid con motivo del ecuador del mandato municipal y hablo de “década perdida para Barcelona”. 

El alcalde ha buscado el cuerpo a cuerpo con Airbnb, amenazándoles con multarlos a pesar de que la plataforma invierte cada año 786 millones de euros en publicidad, mucha de ella sobre Barcelona

El lugar elegido por el alcalde para dar su conferencia, el Museo Thyssen, es todo un símbolo de lo que ha pasado los últimos años en Cataluña. Un lugar único en el mundo promovido por una catalana, como Carmen Cervera, que acabo ubicado en la milla de los museos frente al imbatible Museo del Prado en Madrid. Efectivamente Collboni, a pesar de las cortapisas de los Comunes y ERC, intenta recuperar terreno, pero lo hace tan tímidamente y dando una de cal y otra de arena que hace que no se note ningún cambio significativo. En su haber ha logrado que el Thyssen abra una delegación en el antiguo cine Comedia, en la esquina del Paseo de Gracia con la Gran Vía. Es una manera de intentar pasar página al boicot que Colau hizo a la delegación del Hermitage que si iba a instalar en el puerto.   

A pesar de la buena voluntad que en sus road shows ponen Illa y Collboni las dudas sobre la capacidad de Cataluña de salir de sus fantasmas persisten. El alcalde ha buscado el cuerpo a cuerpo con Airbnb, amenazándoles con multarlos a pesar de que la plataforma invierte cada año 786 millones de euros en publicidad, mucha de ella sobre Barcelona. El anuncio de que en 2028 no habrá pisos turísticos con la excusa de poner en el mercado 10.000 viviendas hace que se llegue a la conclusión de que, si bien Collboni e Illa no son ni la CUP ni los Comunes, ni ERC tampoco tienen el valor de impulsar reformas importantes y de calado que permitan que Cataluña, efectivamente, vuelva a estar en la carrera por el liderazgo económico.  

Los datos sobre el estancamiento y problemas de la economía catalana no vienen de estudios interesados procedentes de Madrid si no desde dentro de la propia comunidad autónoma. La competitividad cae en Cataluña, las principales comarcas o zonas más dinámicas económicamente hablando retroceden según señala la Federación Empresarial Gran Penedés en su estudio anual. 

Las zonas con mayor aportación al PIB catalán, el Barcelonés, el Valles Occidental (Sabadell y Terrassa), Baix Llogregat (Cornellá, Sant Boi, Gavà, El Prat, etc) Gironés, Tarragonés, Segrià (Lleida), Maresme (Mataró), Garraf (Vilanova i la Geltrú), Osona (Vic) pierden competitividad. 

Solos siete comarcas, ninguna económicamente relevante gana competitividad durante 2024. Cataluña obtiene un 100,8 en competitividad en comparación a las regiones que forman parte de la UE. El Regional Competitiveness Index de la Comisión Europea si bien sitúa a Cataluña levemente por encima de la media lo alejado de los territorios lideres como son la Ille de France, Utrecht o Zuid-Holande. Cataluña es un motor, pero en todo caso de un coche de poca cilindrada.

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