Los retos de la movilidad en las ciudades

Las ciudades tienen actualmente una oportunidad inmejorable tanto social, económica como tecnológica, para afrontar los retos de la movilidad

Las ciudades, cada día, se enfrentan al reto de ofrecer mejores servicios públicos a unos ciudadanos cada vez más exigentes. Pero, además, se espera de sus gestores que realicen políticas que favorezcan la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos que habitan en ellas.

Esto pasa por intentar convertir las ciudades en entornos amigables, saludables, eficientes y sostenibles. El reto no es sencillo pues vemos cómo, cada vez, es mayor el número de personas que viven en las ciudades y es necesario adaptar los servicios e infraestructuras a esta demanda.

Uno de los principales retos a los que se enfrentan las ciudades del futuro es en materia de movilidad

Por otro lado, las ciudades además están obligadas a cumplir con la normativa europea sobre emisiones y la reducción del consumo energético establecido en el programa Horizonte 2020.

Derivado de ello, uno de los principales retos que afectan tanto a la calidad de vida como al control de las emisiones es el relativo a la movilidad, fundamentalmente por dos motivos: la ciudad tiene que garantizar que las personas se desplacen de un lugar a otro de la forma más sencilla y rápida pero además de la forma más sostenible tanto económica como medioambientalmente.

Las ciudades están afrontando el reto de mejorar la movilidad y reducir la contaminación, limitando el acceso de vehículos a determinadas zonas e impulsando el uso del transporte público y el uso de medios de transporte alternativos.

La colaboración con los ciudadanos es clave para que mejore la movilidad en las ciudades

El auge de las soluciones de car sharing o el fomento del uso de la bicicleta, patinetes u otros medios como el vehículo eléctrico, están ayudando a ello. Pero son los ciudadanos los que realmente tienen que afrontar este reto.

Las administraciones suelen ser lentas y, habitualmente, se enfrentan a los problemas una vez que aparecen. Son los ciudadanos los que con sus cambios de hábitos pueden contribuir a mejorar la movilidad en las ciudades solicitando a la administración lo que realmente es más necesario.

La importancia de las nuevas tecnologías

Sin embargo, las administraciones pueden adelantarse y facilitar este cambio adoptando medidas que mejoren la eficiencia de los transportes públicos mediante las nuevas tecnologías.

Por ejemplo, utilizando herramientas de Big Data, es posible gestionar mejor la demanda de autobuses, crear rutas más eficientes y adaptadas a las necesidades de los usuarios.

Por otro lado, gracias a soluciones basadas en el internet de las cosas (IoT) podemos optimizar el tiempo que empleamos en buscar aparcamiento reduciendo además las emisiones o mejorando las rutas de los camiones de recogida de residuos o cuadrillas de mantenimiento.

En nuestras manos está, por tanto, reducir las emisiones a la vez que mejoramos la movilidad y, en la de las administraciones, facilitar las herramientas para que este cambio se produzca.

Por todo ello, es un hecho que las ciudades tienen actualmente una oportunidad inmejorable, tanto social, económica como tecnológica, para afrontar los retos de la movilidad.