Gracia para los golpistas y olvido para las víctimas

Sánchez se equivoca en su diagnóstico de "magnanimidad y comprensión" mientras los derechos de los catalanes siguen pisoteados por unos independentistas que amenazan con repetir el golpe de 2017

Escribo estas líneas tras haber leído titulares del Presidente del Gobierno pidiendo “magnanimidad y comprensión” a los “ciudadanos que tengan reparo” a la decisión de conceder el privilegio de los indultos a sus socios separatistas.

Dice “comprender” el reparo por los “hechos que se han producido en Cataluña”, y que debemos “transitar de un mal pasado a un futuro mejor”.

Es difícil errar tanto en un diagnóstico a menos que se ignore que lo que hay en Cataluña es un conflicto entre catalanes, que los políticos separatistas siguen aplastando nuestros derechos y libertades cada día y que no estamos ante “un mal pasado”, sino ante un “mal presente” con un hostigamiento diario hacia los catalanes que queremos mantener nuestros lazos con el resto de los españoles.

Cuando Sánchez predica gracia para los golpistas y olvido para las víctimas no es ajeno al mal presente del hostigamiento; es demasiado listo como para ignorarlo. Tan solo manifiesta su decisión de abandonarnos definitivamente a los constitucionalistas porque le conviene amarrar el apoyo de sus socios separatistas, de la misma forma que en campaña electoral le convenía prometer que traería detenido a Puigdemont.

Sánchez tan solo manifiesta su decisión de abandonarnos definitivamente a los constitucionalistas porque le conviene amarrar el apoyo de sus socios separatistas

El precio de la aritmética parlamentaria que necesita Sánchez para sobrevivir el resto de la legislatura lo pagamos los catalanes de a pie, que soportamos el proyecto de división y empobrecimiento de ERC, Junts y la CUP. Tres partidos con liderazgos soberbios que ignoran el sufrimiento ajeno y solo contemplan privilegios para sus compañeros presos y enchufismo para su corte de aduladores.

Porque la carta de Junqueras no es más que una patraña, como lo era su ‘operación diálogo’ con el gobierno de Rajoy; previa a un golpe de Estado que derribó el Estatuto y la Constitución y dejó a los catalanes desamparados sin el abrigo de nuestras leyes.

La carta de Junqueras no es más que una patraña, como lo era su ‘operación diálogo’ con el gobierno de Rajoy; previa a un golpe de Estado que derribó el Estatuto y la Constitución

La situación no va a mejorar con unos indultos que validan de un plumazo el argumento separatista de la represión y desprecian el criterio de la Fiscalía y el tribunal sentenciador. La situación no va a mejorar en términos de convivencia por la sencilla razón de que llevan años amenazando con volverlo a hacer; solo mejorará en términos estratégicos para un separatismo que prepara un “embate” para “forzar” al Estado a asumir sus chantajes.

El expresidente Carles Puigdemont, junto al exvicepresidente Oriol Junqueras y los otros miembros de su Govern durante la votación de la DUI de 2017 en el Parlament en una imagen de archivo / EFE
El expresidente Carles Puigdemont, junto al exvicepresidente Oriol Junqueras y los otros miembros de su Govern durante la votación de la DUI de 2017 en el Parlament en una imagen de archivo / EFE

Fui portavoz de Ciutadans en los días aciagos de otoño de 2017, cuando los políticos separatistas no tuvieron ninguna comprensión (esa que Sánchez pide a las víctimas del golpe) y pisotearon nuestros derechos y libertades para dar luz verde a una República bananera en la que Puigdemont elegiría a los jueces y se consagraría como inviolable con una nueva pseudo-constitución. Fui testigo de un abuso sin parangón en ninguna región de la Unión Europea, y desde entonces he seguido fiscalizando junto con mi partido todo tipo de desmanes de unos gobiernos nacionalistas que piensan que las calles son del independentismo y que el resto somos unos fascistas que nos deberíamos marchar de Cataluña si queremos vivir en paz.

Pero no nos vamos a marchar.

Nos vamos a quedar para solucionar los problemas reales de las personas; que a fin de cuentas es lo que nos une a todos los catalanes.

Nos vamos a quedar para defender a todos los catalanes que también se sienten españoles y no existen para el gobierno de Sánchez.

Y nos vamos a quedar para defender de manera incansable la democracia y la justicia; y este viernes a las 19 horas frente a la delegación del Gobierno en Barcelona tenemos una cita imprescindible para hacerlo.

Porque este viernes, los catalanes que queremos convivir, diremos alto y claro “no” a unos indultos que sólo sirven para que Sánchez asegure su estancia en Moncloa a un alto precio. Primero, dejar abandonados ante el extremismo separatista a los catalanes que quieren convivencia y prosperidad dentro de España. Segundo, desprestigiar la Justicia española dentro y fuera de nuestras fronteras. Y tercero, menoscabar la soberanía de todos los españoles sobre la integridad del territorio nacional reconocida en la Constitución.

Por todo ello, iremos a la concentración y nos haremos una foto de unidad constitucionalista con la cabeza bien alta. Por la convivencia y la justicia.

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