Horarios y consumo

Estamos escuchando en diferentes medios de comunicación de Catalunya muchas declaraciones de comerciantes y políticos disconformes de la propuesta del PP y del Gobierno de Madrid sobre la libertad de horarios comerciales. Más allá de consideraciones políticas o jurídico-técnicas sobre quién tiene competencia para legislar en esta materia y quién tiene el poder para ejecutar la ley (con la dotación presupuestaria correspondiente por la inspección, por ejemplo) con gritos para preservar el «modelo catalán de comercio». Este modelo ha potenciado y protegido el negocio de comercio de poca superficie, enfrente el negocio de comercio de media y gran superficie, consiguiendo que el centro de las ciudades y pueblos continúen teniendo un tejido comercial potente y atractivo por el consumidor.

Tenemos un conjunto de agentes representantes del pequeño comercio, que han hecho bien su trabajo consiguiendo que los diferentes gobiernos de la Generalitat limitaran año tras año la apertura de nuevos establecimientos comerciales de cierta dimensión. Ahora hay una excepción en el Parque Empresarial Sabadell de 45 hectáreas para uso comercial, y operadores como IKEA, Leroy Merlin, Conforama y próximamente Mercadona y otros. ¿Es una excepción o una nueva tendencia derivada del marco legislativo actual? El balance sitúa en Cataluña a la parte de debajo del ránking de metros cuadrados de gran superficie por habitante a España: En Madrid 447 m2 por 1000 habitantes y en Catalunya 171 (la media española está en 293). En hipermercados también: En Madrid tienen 83 m2 por 1000 habitantes, mientras que a Calalunya tenemos 48 (España, 67). Y en Supermercados también: en Madrid 168 y en Catalunya 144 (España 152).

Uno de los elementos de la protección es la restricción de los horarios de apertura. La guía práctica de los horarios comerciales 2012 colgada a la web del Departamento de Empresa y Ocupación de la Dirección General de Comercio de la Generalitat, diferencia los establecimientos en 13 tipologías y 11 de ellos no tienen ningún tipo de limitación en los días de apertura. Dicho así parecería que el debate no tiene razón de ser, a pesar de que en realidad afecta a la mayoría de los establecimientos comerciales que no pueden abrir mes de 12 horas al día entre las 7 y las 10 de la noche. Los comercios de alimentación de menos de 150 m2 no tienen limitaciones y es aquí donde la carencia de interés del comerciante local en la tienda de víveres da entrada a comerciantes que proceden de la emigración dispuestos a trabajar sin limitación horaria.

Para fijar los días de apertura en el marco actual, el conseller de turno reúne cada Diciembre en el Consejo Asesor de Comercio para escuchar las partes (representantes de comerciantes de todo tipos, sindicatos y consumidores) y decide como asignar en el calendario, los 8 días festivos donde abrir el comercio. Hemos ido viendo que en gran medida caen en el mes de diciembre y en periodos de rebajas. A las restricciones para abrir negocios de superficie comercial media o grande, se añaden las limitaciones horarias.

El consumidor observa este espectáculo de forma pasiva cuando él tendría que ser el centro permanente de las miradas y actividades comerciales. Y ahora, con la crisis, los consumidores estamos parados: el consumo del segundo trimestre baja, según el informe mensual de la caja en 1,4 puntos cuando al mismo periodo del año pasado «sólo» bajó en 0,3 puntos. Y con la perspectiva de nuevos recortes el consumidor no se anima ni en las rebajas, que el primer día fueron una explosión consumista efímera, según nos dicen los comerciantes. Todo ello nos hace pensar en el que dicen los libros de economía que tratan temas de comercio y también los que tratan de negocios internacionales. Se explica como desde Adam Smith y David Ricardo se han ido definiendo teorías y haciendo análisis que ayudan a entender que el proteccionismo reduce el potencial que tiene la economía y puerta a situaciones graves de cierre y carencia de evolución. Cuando el legislador reduce la competencia, contradice la libertad de comercio y tendrá que gestionar las consecuencias que se pueden derivar de las actividades de defensa de la competencia que también forman parte de la acción judicial o administrativa.

La vigilancia de Bruselas llevó a hacer advertencias a la Generalitat, que trajo un nuevo redactado de la ley de comercio y la desaparición de la famosa comisión de equipamientos comerciales que escuchaba las propuestas del Gobierno sobre las limitaciones de nuevas superficies comerciales y las razones para negar su aprobación de acuerdo con la ley del momento. Como que el entorno legislativo ha cambiado y la crisis económica presiona al gobierno a tomar iniciativas de dinamización, el aire de liberalización comercial (horarios y aperturas) vuelve a cobrar fuerza. El ruido mediático acabará sucumbiendo a la realidad social y económica? ¿El tendero que se queja de la esclavitud de la libertad de horarios está dando paso al comerciante que prioriza el servicio al consumidor, aceptando con profesionalidad y satisfacción las condiciones de libre competencia?