Illa tiene un problema: la mitad de sus votantes no quiere la amnistía

Illa entra en una campaña, que nadie esperaba, con sus votantes contrariados dado que no desean la amnistía ni el Hard Rock

Pere Aragonès firmó esta semana el decreto de disolución del Parlament de Cataluña dos días después de afirmar que la legislatura se prolongaría hasta enero de 2025. Algunos analistas dicen que el motivo no era otro que impedir que Puigdemont fuera candidato a la presidencia de Generalitat por Junts, pero el prófugo expresidente ha hecho de su capa un sayo y ha anunciado que se presenta.

Los nervios en ERC les llevaron a anunciar precipitadamente una propuesta de pacto fiscal a la vasca, el motivo de tal anuncio no era otro que contraprogramar la conferencia en la que Puigdemont iba a anunciar que encabezará la lista de Junts a las elecciones del 12 de mayo.

El ánimo alterado en el equipo de Aragonès se ha contagiado al del líder socialista, Salvador Illa. El congreso del PSC se había celebrado en medio de un ambiente algo enrarecido entre la aprobación de la amnistía y las posibles implicaciones de Illa en el caso Koldo, pero el anuncio de Puigdemont ha terminado de alterar el ánimo socialista.

A qué se enfrenta Illa

El líder socialista afronta las elecciones catalanas en un contexto nada favorable. Una encuesta publicada por GESOP para el Periódico de Catalunya señala que solo el 50% de los votantes del PSC apoyan la concesión de la amnistía por un 43,3% que está en contra. Eso incrementará los indecisos en las filas socialistas y puede llevar a una parte de su electorado a la abstención.

Solo la mitad de los votantes socialistas están a favor de la amnistía, lo que incrementará los indecisos en las filas socialistas

Las cosas no han salido bien para Illa en las últimas semanas, el adelanto electoral se debió a la ruptura de las negociaciones entre ERC y los Comunes con la excusa de la oposición de Colau y los suyos a la construcción del complejo turístico Hard Rock al lado de Port Aventura en Tarragona.

El primer secretario del PSC Salvador Illa. EFE/ Andreu Dalmau

Contra el Hard Rock

La misma encuesta de Gesop indica que solo un 18,8% de los votantes socialistas están a favor del proyecto que incluye un casino. En definitiva, Illa entra en una campaña, que nadie esperaba, con sus votantes contrariados dado que ni quieren la amnistía ni quieren el Hard Rock, dos temas de los que el PSC ha hecho santo y seña.

El PSC deberá afrontar una campaña difícil en la que puede ceder votos tanto a su izquierda como hacia su derecha. El único consuelo para Illa en este primer tramo de la precampaña catalana es el lío en el que se ha metido el PP sobre si debe concurrir en coalición con Cs o no.

Lo lógico hubiera sido que el PP hubiera pactado con Cs la coalición y los tiempos, anunciado primero la candidatura de Alejandro Fernández a la presidencia de la Generalitat y luego, a los pocos días, el acuerdo con Cs.

Dos noticias que permitirán al PP lanzarse a por un buen bocado de votantes socialistas, pero ya se sabe que el PP en lo que a campañas se refiere suele buscar el más difícil todavía.

La reactivación del ‘procés’

La rehabilitación de Puigdemont reactiva el procès y tanto el PP como Vox pueden imputarle esa responsabilidad a Illa. La idea de reconciliación ha sido desmentida por Junts y ya no sirve como señuelo electoral.

Sánchez no necesita un milagro, necesita dos. El primero en abril en el País Vasco donde solo le vale ser decisivo para facilitar la permanencia del PNV en el poder y el segundo en mayo en Cataluña donde su objetivo es que no se pueda formar gobierno y la repetición electoral le permita ganar tiempo.

Sánchez es pobre de tiempo y comprarlo le sale caro a él y a todos los españoles.

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