José Montilla el padre y la inspiración de Pere Aragonés

El actual presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, debe creer que él no se parece en nada a Montilla cuando en realidad es un destilado del expresidente

Martes 4 de enero, el muy reconocido profesor de la escuela de negocios IESE, Pedro Nueno, publica una columna en La Vanguardia en la que cuenta una historia alucinante en la que narra el despropósito de la Generalitat al despreciar la oportunidad de que una empresa china puntera instale en Barcelona una planta de producción de automóviles.

A lo largo del artículo, mientras crece la indignación del lector, Nueno desgrana las virtudes de Barcelona construidas durante generaciones por gente talentosa, años de esfuerzo y administraciones que o bien no pudieron dificultades o fueron clave para facilitar la implantación de empresas.

El profesor del IESE nos habla del Puerto y su capacidad de carga, de las empresas auxiliaries, de un Ayuntamiento, como en de l’Hospitalet, dispuesto a ceder el terreno y de la satisfacción de los directivos chinos predispuestos a aterrizar en Barcelona y dar así un nuevo impulso a un lugar que hasta 2017 fue motor de España.

Nueno desvela en su artículo con prudencia y elegancia, tal como es él, que la operación se frustró porque la Presidencia de la Generalitat, que solo debía acudir a Pequín a firmar el acuerdo, tras fijar las condiciones, día y lugar de la firma no hizo el viaje y los chinos, que antes de realizar un desembolso multimillonario buscaban el aval de la administración, archivaron la opción de Barcelona y buscaron otro lugar donde fueran más apreciados y que les ofreciera mayor seguridad jurídica.

Nueno destapa el secreto y confirma que el haragán, que alegando que no quería gastar dinero público en un viaje tan lejano no había viajado a China, fue José Montilla

Afirmo que Nueno es elegante porque en el artículo no desvela que presidente de la Generalitat fue el cafre que no se tomo la molestia de realizar el viaje. Diversos medios de comunicación especularon sobre si fue Torra, Puigdemont o Aragonés, finalmente en una entrevista en COPE Cataluña, a preguntas de Carlos Losada, Nueno destapa el secreto y confirma que el haragán, que alegando que no quería gastar dinero público en un viaje tan lejano no había viajado a China, fue José Montilla.

Lo de Montilla es especialmente grave, gravísimo dado que antes de Presidente de la Generalitat había sido Ministro de Industria con Rodriguez Zapatero. Desconozco que hizo durante los tres años que ocupo dicha cartera pero una vez Pedro Nueno ha dado a conocer la historia de la fallida inversión china hemos de descartar que dedicara un solo instante a su cartera ni a sus responsabilidades ministeriales.

El Tripartit (2003-2010), acelerador del procés

Suele decirse que la caída de Cataluña empezó con el procés, de la mano de Artur allá por 2012 pero Pedro Nueno nos permite constatar que es mentira. El viaje de Cataluña a los infiernos se emprendió mucho tiempo antes y el Tripartit (2003-2010) fue un acelerador de dicho viaje autodestructivo.

El Tripartit, gobierno compartido por ERC, Socialistas e Iniciativa per Catalunya -actualmente Comuns/Podemos) fue una precuela, un ensayo de lo que luego se ha convertido en norma en la Cataluña oficial: un gobierno sin coordinación, voraz fiscalmente, dogmático, desleal entre sus miembros y con España, nepótico y desconectado de cualquier necesidad real.

La fascinación por Bildu y el mundo etarra la comparten el gobierno catalán actual con aquel en el que Cardo Rovira se reunió con ETA en Perpignan. El gasto desaforado y la dependencia de la deuda pública también son dos divisas de ambas gobiernos. La deslealtad a España, la fiscalidad desmedida y la sumisión a ciertos sectores de poderes públicos frente a la iniciativa privada marcaron esa etapa como marcan la actual.

La Cataluña oficial e institucional de hoy ya no se reconoce a si misma ni es capaz de ser autocrítica con el autodaño infligido

En ese primer tripartito Cataluña tenía aún musculo y capacidad de reacción, la Cataluña oficial e institucional de hoy ya no se reconoce a si misma ni es capaz de ser autocrítica con el autodaño infligido parece, incomprensiblemente, gustarse a si misma.

El actual presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, debe creer que él no se parece en nada a Montilla cuando en realidad es un destilado del expresidente. Al igual que Montilla tuvo pereza de ir a China, Aragonés no viaja ni a Pequín ni tan siquiera se desplaza a Martorell cuando el Presidente de SEAT anuncia inversiones multimillonarias en su planta de producción o se queda en su despacho o departiendo con algún colega de causa separatista cuando el Presidente del Puerto de Valencia organiza en acto en Madrid para reclamar celeridad en las obras del Corredor Mediterráneo como si el tema no fuera con él.

Escribió en el gran Albert Soler un libro dramático porque detrás del tono, siempre mordaz y socarrón del autor, esconde una gran verdad de los independentistas instalados en el poder político: Estàvem cansants de viure bé (Estábamos cansados de vivir bien)