Kristallnacht en Canet de Mar

En Canet, una jauría alentada el día antes por el Consejero de educación de la Generalitat, el Sr. González, ha recorrido las calles bramando contra la lengua española, los que la hablan, la judicatura y contra España en general.

El 7 de noviembre de 1938 el secretario de la embajada alemana en París fue asesinado por un judío polaco de origen alemán, días más tarde, la llamada Kristallnacht recorrió Alemania y Austria con la complacencia de las autoridades de la Alemania nazi. En una noche miles de domicilios, comercios regentados por judíos y sinagogas fueron atacados.

En Canet, el viernes por la tarde, una jauría alentada el día antes por el Consejero de educación de la Generalitat, el Sr. González, ha recorrido las calles bramando contra la lengua española, los que la hablan, la judicatura y contra España en general. Mientras una familia, tal catalana como los amedrentantes manifestantes, que ha cometido el “delito” de solicitar que se aplique una sentencia judicial que implica la enseñanza del 25% de la educación en castellano se recluía en su casa asustados pensando que vecino les delatará o quien les identificará. En un municipio del tamaño de Canet se conoce todo el mundo.

El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ha tenido que recodar horas antes del acto de coacción a la justicia y a la libertad que supone recorrer las calles de un pequeño municipio a la hora de la salida del colegio, que la obligación de la Generalitat es proteger a la familia demandante. El TSJC clama en el desierto, es imposible que aquel que no solo incumple sus sentencias sino que anima a desobedecerlas, proteja a quien solicita que se cumpla la ley. Los padres de un niño de cinco años que solo pretenden que en una escuela pública de España se de un 25% de clases en español han tenido que ver por TV como la portavoz del gobierno en lugar de ampararles ha dicho que “eso era competencia autonómica”.

De todo lo que viene sucediendo en Cataluña desde hace años solo hay una cosa con la que las autoridades separatistas no contaban y es la resistencia cada vez más activa de la sociedad catalana libre de nacionalismo. Se vio por primera vez en la manifestación del 8 de octubre de 2017 tras el infausto día 3 en el que una huelga salvaje amparada por el gobierno autonómico llevo el caos y el desorden a las calles, se ha visto con la aparición de grupos como los estudiantes de S’ha Acabat que ponen luz sobre el chapapote barroka y fascistoide que embarra los campus universitarios, se pone de manifiesto con las protestas que consiguen terminar con el corte de la Meridiana durante meses llevado a cabo con la colaboración de Generalitat y Ayuntamiento de Barcelona y así un largo etcétera.

El valor de estos actos y el heroísmo cívico de la familia de Canet dan luz sobre el drama del abandono institucional que sufren los catalanes libres de nacionalismo. Lo de Canet evidencia el hostigamiento que los catalanes no nacionalistas pueden llegar a vivir en Cataluña.

Hace tiempo que el independentismo perdió la vergüenza, dejo de disimular y abandono el falso relato de causa amable y optimista que solo quería votar y buscaba un mundo mejor y se ha quedado con la imagen de movimiento antieuropeo, xenófobo y clasista que tacha de charnego, extranjero y traidor a todo el que no comulga con ellos. Su indisimulado racismo clasista es un favor a los catalanes no nacionalistas porque permite que el resto de los españoles cuando lo ven por TV tomen, progresivamente, consciencia de que tipo de compatriotas tenemos.

El conseller de Educación, Josep González Cambray (i) tras reunirse con la dirección de la escuela Turó del Drac de Canet de Mar. EFE/Alejandro García

Los catalanes libres de nacionalismo tienen en los vascos no nacionalistas como Nicolas Redondo, Fernando Savater o Maite Pagaza como sus mejores aliados, porque ellos saben perfectamente cual es la hez de la que se forma en nacionalismo.

En Canet ha habido una kristallnacht porque como entonces el gobierno autonómico lo ha alentado y el gobierno de la nación ha mirado hacía otro lado. La Alcaldesa de Canet, de ERC, en sus declaraciones al finalizar la manifestación, lo ha dicho claro: “los partidos constitucionalistas no tienen representación en Canet, aquí no son bienvenidos”. La orfandad del constitucionalismo es la impunidad del separatismo para montar cacerías a niños de cinco años.

Lo que ha sucedido en Canet, y lo que vendrá, tiene por fin advertir a todos los catalanes no adictos a una causa sectaria como es el independentismo. El objetivo de los mensajes lanzados como lluvia de misiles desde TV3 y todos los medios adictos al régimen, previo paso por caja, es inequívoco: “catalanes no separatistas no protestéis, no es levantéis, no os alcéis o sufriréis las consecuencias”.

La Cataluña que hemos visto en Canet es la de todos los pueblos de Cataluña donde los CDR y otros grupos se han adueñado del espacio público. En 1968 María del Mar a la muerte de Rafael Guijarro grabo una canción que se titulaba “Que volen aquesta gent?” (que quieren esta gente) Decía la canción:

Que volen aquesta gent que venen de matinada? (que quieren esta gente que viene de madrugada? -se refería a los grises-)

El seu fill no es aquí? (su hijo no está aquí?)

Es dormint a la cambra, que volen del meu fill? (está durmiendo en su habitación, que quieren de mi hijo?)

Hoy esa gente ya no son los grises, son el consejero González Cambray y todos los suyos. El hijo buscado por la policía franquista es el niño de cinco años de Canet.