La izquierda catalana suspira por su Carmena, con Joan Subirats

Los moldes se pueden romper en las próximas elecciones catalanas. Los dirigentes independentistas de Convergència y de Esquerra Republicana son conscientes de ello, asustados tras los resultados de las elecciones municipales que dejaron dos imágenes: Manuela Carmena en Madrid y Ada Colau en Barcelona. Unos meses antes era impensable que la izquierda alternativa, con la participación de Podemos, y en Cataluña con ICV como fuerza política impulsora –como fórmula para no desaparecer– pudiera contar con dos grandes alcaldías.

La fórmula se quiere repetir en las elecciones catalanas del 27 de septiembre. Y Podemos ya ha dado el visto bueno para llegar a un acuerdo de «confluencia» con ICV y otras fuerzas políticas, como Procés Constituent. La cuestión es saber quién lidera ese proyecto, que, en caso de éxito, frustrará el supuesto plebicisto sobre la independencia, como pretende el President Artur Mas.

El objetivo compartido, tanto por Pablo Iglesias, como por Joan Herrerra y Dolors Camats es encontrar una especie de Manuela Carmena catalana. Alguien de prestigio, del ámbito académico, como también eligió el PSOE con Ángel Gabilondo para la Comunidad de Madrid. No será, por tanto, ni Joan Coscubiela, el hombre de ICV en el Congreso, ni Albano Dante Fachín, el dirigente de Podemos en Cataluña, quien lidere esa operación.

El candidato ideal es Joan Subirats, el catedrático de Ciencia Política de la UAB, muy comprometido con el movimiento de izquierdas, que apoyó la plataforma Guanyem Barcelona, que, después, derivó en Barcelona en Comú, con Ada Colau como candidata. Su nombre no se deja de pronunciar entre los círculos de esa confluencia.

Subirats tiene una enorme capacidad didáctica, y puede ser el hombre transversal que consiga un gran apoyo electoral. La izquierda alternativa se propone ganar las elecciones, con la idea de que se conformen cuatro grandes bloques: el de una especie de Cataluña en Comú; el de la lista de Mas, el bloque de Esquerra, y el de Ciutadans.

Y partir de ahí, a jugar, o a temer lo peor: la ingobernabilidad, esperando lo que suceda en las elecciones generales.

¿Está preparada la sociedad catalana para esa situación?