Uno de los primeros mensajes lanzados por José Ignacio Goirigolzarri ha sido el de que BFA-Bankia, tras el control total o parcial por parte del Estado a través del Frob, venderá las acciones en sus empresas participadas, sí, pero sin prisas y, desde luego, que nadie piense que se van a regalar. Ya veremos. Tampoco pensaba Florentino Pérez vender las ‘iberdrolas’ compradas por ACS con las fuertes minusvalías que lo está haciendo, pero a la fuerza ahorcan.
Cuando llegue a Bruselas el plan de reestructuración del grupo bancario para respaldar los 7.000 millones de euros –o los que finalmente sean– de ayuda del Estado a través de los ya famosos CoCo´s (bonos convertibles contingentes), y respondan las autoridades comunitarias que sí, que de acuerdo, pero a cambio de reducir los activos, en esa reducción es casi seguro que entrarían, para conseguir el beneplácito de la Comisión, la venta de estas participadas.
Y aquí estaría el problema. Desde los máximos de finales de 2007, la capitalización bursátil de la mayoría de las entidades acumula descensos superiores al 50%, y en el balance de BFA-Bankia estas participaciones que, al precio de mercado actual apenas valen 3.000 millones, se mantienen con un valor de unos 5.000 millones de euros.
Eso, por lo que a cotizadas se refiere. No son las únicas. Las alegrías con las que en su momento entraron Caja Madrid o Bancaja en apoyar financieramente todos y cada uno de los proyectos en los que las comunidades autónomas de Madrid y Valencia se embarcaron suponen otro agujero de consideración. Múltiples inversiones en sociedades de lo más diversas, especialmente relacionadas con el sector inmobiliario, dentro y fuera de España, que no valen ni por asomo los 4.500 millones que en su momento se aportaron.
Solo las participaciones en Indra, Mapfre o Mecalux podrían ser hoy vendidas, a precios de mercado, sin asumir cuantiosas pérdidas o incluso con plusvalías. Como sucedería, en este caso, con el 20% en la tecnológica que ronda los 260 millones y fue adquirida por 211. De igual modo, la venta del 15% en la aseguradora o del 10,5% en Mecalux, a los actuales precios de mercado, no supondría un especial quebranto.
Con el resto de las sociedades, deshacer las posiciones sí supondría un auténtico descalabro a los precios actuales, por lo que su desinversión se pospondría el mayor tiempo posible para tratar de que la cotización de la eléctrica mejore. En esa situación estaría el 5,4% del capital de Iberdrola, hoy valorado en 1.130 millones, la tercera parte del cómputo apuntado en libros. Hablamos de unos 2.000 millones de minusvalías.
El pasado ejercicio, BFA-Bankia aportó casi 500 millones para el saneamiento de sus empresas participadas. Un tercio de esa cantidad se reservó para las sociedades cotizadas, destacando los casi 90 millones en los que se ajustó la aseguradora Mapfre.