No, el referéndum en Grecia no es más democracia

Una fiesta democrática, un triunfo de la democracia, un duro golpe a la burocracia europea, un ejemplo para países como España, donde no se ha querido aceptar un referéndum sobre la autodeterminación de Cataluña. Todas esas aseveraciones se han vertido en Cataluña, aunque también en el resto de España.

Distintas fuerzas políticas y de distinta naturaleza, aunque no se sabe muy bien ya la diferencia entre Convergència, Esquerra o la CUP, han alabado el referéndum griego. El propio President Mas lo destacó este martes en el Parlament, para constatar que, incluso con la victoria en esa consulta, el Gobierno griego ha sacrificado a su ministro de Hacienda.

Y hay que señalar que no es exactamente así. Los gobiernos elegidos en las urnas, tengan mayoría absoluta o se vean en la necesidad de llegar a acuerdos, son representativos de la sociedad. En Grecia el gobierno de Alexis Tsipras tenía y tiene toda la legitimidad. Por tanto, ¿para qué convocó un referéndum?

Los gobiernos del resto de países de la zona euro podían haber convocado también un referéndum, del tipo, ¿quiere que Grecia acepte el acuerdo que se le ha planteado, o prefiere buscar un mejor acomodo que pase por una restructuración de la deuda y que se le transfiera más ayudas? ¿Qué hubiera votado un alemán, o un holandés, o un esloveno, o un finlandés?

Los Ejecutivos deben llegar a acuerdos y compromisos, pero también –faltaría más– deben ser capaces de oponerse a las medidas que ellos crean que se les impone. Si Txipras se hubiera negado, habría tenido todo el derecho, y en caso de perder el apoyo de sus ciudadanos, podría convocar de nuevo elecciones.

El caso es que el gobierno griego no parece que tenga un paquete alternativo para ofrecer a las autoridades comunitarias. Y la situación es casi la misma, antes y después del referéndum. En la reunión de este martes en el Eurogrupo, los dirigentes políticos europeos se mostraron sorprendidos. No hay nada nuevo, por ahora, aunque el Gobierno griego apuntó a algunos cambios en las próximas 48 horas.

En Cataluña el referéndum griego no se deja de destacar, porque los partidos soberanistas entienden que es un ejemplo de democracia, que se debería trasladar aquí. Mas insistió en ello, al plantear en el debate en el Parlament que lo único que se pide en Cataluña es «votos y democracia», como si un referéndum sobre la autodeterminación de una parte de un país fuera lo más común en el mundo.

Y es que se confunden una y otra vez las cosas. ¿Cómo puede ser que todos los líderes de opinión catalanes, o la gran mayoría, se vean a sí mismos como progresistas, al lado de Grecia, y tan demócratas? Cualquier otra posición la ven extraña. ¿Y cómo se entiende que ese progresismo siempre esté teñido de soberanismo catalán?

¿Hay alguien más?